Comprendo que no es parte de nuestra cultura musical. Entiendo que siempre añoraremos el medio tiempo de Michael Jackson o al menos el de Shakira y JLo. Pero lo que no sé si capto es esa necesidad de hacer todo binario y decir que algo fue “malo” porque no fue creado para uno.
Confieso que el chisme del hip-hop me parece más interesante que el de la farándula nacional, y por supuesto que estar al día con el pleito entre Kendrick Lamar y Drake hizo mucho más interesante para mí ver la historia que se estaba desarrollando en el estadio durante el medio tiempo. Tener información siempre ayuda, pero mucho más allá de que Lamar ganó su campeonato aún más claramente que los Eagles, había muchísimo más en ese show de lo que acabaríamos de analizar en este espacio.
Digamos que en un mundo donde hay titulares diciendo cosas completamente opuestas sobre lo que se supone que es un hecho objetivo, ¿abuchearon a Trump o a Taylor Swift?, resulta más relevante que nunca saber leer el contexto.
Con estos dos personajes en el estadio la división que se vive en Estados Unidos y el mundo no podría ser más clara. Y todo lo que hizo el rapero quería decir algo más. Segregación, represión, la noción de lo que es ser “americano” y la idea de que todo parece un (video) juego con consecuencias reales son mensajes muy fuertes y necesarios cuando el mundo entero está viendo.
Cuando Trump está ahí, aunque esté distraído como niña de secundaria posteando comentarios sobre Taylor Swift.
Entiendo que a muchos fanáticos no les haya gustado del todo este medio tiempo, pero no puedo estar de acuerdo con que no fue un evento cultural de enorme importancia y al que podremos regresar para entender un poco más estos tiempos de extremos tan crueles.