Preservación de insectos, el Valle del Mezquital

Hidalgo /

México es el único país del mundo que consume unas 549 especies de insectos, lo cual está documentado en el “Códice Florentino”, escrito por Fray Bernardino de Sahagún.

La gastronomía hidalguense está llena de diversos platillos que a través de los años se mantienen y dan identidad, el Valle del Mezquital no es la excepción ya que los platillos elaborados con insectos y gusanos son muy consumidos, debido a su sabor ya la variedad de las preparaciones, ya que la entidad es una región donde es fácil capturarlos.

El Valle del Mezquital cuenta con una gran diversidad de insectos comestibles entre los que destacan los xamues, chapulines, escamoles o huevo de hormiga, gusano rojo y blanco de maguey, siendo estos tres últimos los de mayor consumo en diferentes municipios.

Según el Consejo Mexicano de Nutrición, los insectos son el alimento del futuro. Eso se debe a propiedades nutritivas que poseen y su potencial de sustentabilidad. Son benéficos porque producen menos residuos orgánicos y requieren de menos recursos del medio ambiente, a diferencia de animales como la res, el cerdo, distintas aves y peces.

Estudios han demostrado que un insecto contiene mayor cantidad de proteína que los diversos tipos de carne y comer insectos formará parte de nuestra dieta. También indican que son ricos en proteína, grasa, hierro, aminoácidos y otros nutrientes que son benéficos para la salud.

De acuerdo con la FAO, se estima que los insectos forman parte de la dieta tradicional de al menos 2 mil millones de personas y que consumen un poco más de mil 900 especies. En los últimos diez años, y con la creciente preocupación por los efectos ambientales que genera la producción de alimentos, el tema de los insectos comestibles despertó un creciente interés, al ser considerados ya no solo “una comida exótica” de un turismo gastronómico.

Esta relevancia abre sin duda un importante número de oportunidades, pero también de limitaciones, ya que varios factores antropogénicos, como la sobreexplotación, la contaminación, los incendios forestales y la degradación del hábitat, han contribuido a la disminución de muchas poblaciones de insectos comestibles

Los insectos, por ejemplo, requieren solo dos kilogramos de alimento por cada kilogramo de aumento de peso corporal. Se considera que los insectos emiten menos gases de efecto invernadero y menos amoníaco que el ganado convencional, así como un menor requerimiento tierra y agua.

No hace mucho, eran considerados un recurso aparentemente inagotable, sin embargo, algunas especies comestibles ya están en peligro de extinción.

En el Valle del Mezquital los insectos generan ciertos beneficios sociales como: convertirse en una importante estrategia de diversificación de los medios de vida, las comunidades pobres y en regiones rurales pueden realizar su recolección para la mejora de su dieta y como aporte de ingresos con su venta, como sucede en la muestra gastronómica de Santiago de Anaya, donde cada año hay una gran venta de insectos que pueden pueden transformarse en pastas o harinas para combatir la hambruna y desnutrición.

Entonces podemos concluir que los insectos han desempeñado un papel importante en el desarrollo de las culturas ya que han formado parte de los patrones alimenticios tradicionales de numerosos pueblos, por lo que debemos hacer conciencia de que es un recurso muy importante que si no cuidamos de ellos o de su hábitat donde se desarrolla, llegarán a un punto de la extinción.

Jonathan de la Torre*

*Universidad Tecnológica del Valle del Mezquital (UTVM)


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