El 24 de octubre de este año se vence el ciclo 36 del Tratado de Aguas Internacionales de 1944. Según el Artículo 4 de ese tratado, México se compromete a entregar a los Estados Unidos 2 mil 158 millones de metros cúbicos en ciclos de cinco años con un promedio anual no menor de 431.7 millones de metros cúbicos. A la fecha se registra un faltante de más de mil 500 millones de metros cúbicos de esa entrega.
En 2020, hacia el final del ciclo 35, México tenía un déficit en la cantidad comprometida para entregar, razón por la cual se firmó el Acta 325 en la que se acuerda cubrir el volumen faltante con agua de las presas internacionales. Otro de los acuerdos fue formar un grupo de trabajo binacional (Resolución 4), con el objetivo de desarrollar un modelo binacional del Río Bravo y con la meta de emitir una nueva Acta antes de diciembre de 2023. No existe al momento información pública sobre el modelo binacional que se proponía, pero sí se firmó el 7 de noviembre de 2024 el Acta 331 que lleva como título: “Medidas para mejorar la confiabilidad y predictibilidad de las entregas de agua del Río Bravo en beneficio de México y los Estados Unidos”. Esta acta contiene 17 resoluciones. La resolución 6 establece que “siempre que el almacenamiento en cualquier presa mexicana de los seis afluentes sea superior a la capacidad de conservación o Nivel de Aguas Máxima Ordinarias (NAMO), México liberará dichos volúmenes excedentes hacia aguas abajo. La resolución 8 establece que México podrá utilizar las aguas… de los ríos San Juan y Álamo… para reducir o evitar un potencial faltante, cuando México no las necesite o no los pueda utilizar… serán acreditadas como parte de las entregas a los EU solo cuando dichas aguas puedan tener un uso benéfico …y previo acuerdo”.
En la práctica el Acta 331 establece un cambio importante que debe analizarse que los ríos San Juan y Álamo, que se tenían definidos como 100 por ciento de los volúmenes para uso nacional, son incorporados temporalmente (hasta 2029) para entrega de agua a los Estados Unidos. Una reacción a esa resolución ha sido manifestar que esa resolución no tiene un fundamento legal, sin embargo, las atribuciones a la CILA están establecidas en el Tratado (art. 9, f) y permiten el uso temporal de esas aguas.
En el periodo del 25 de octubre de 2020 al 8 de marzo de 2025, México ha asignado 602.3 millones de metros cúbicos o el equivalente a una tercera parte del volumen proporcional que se debía haber entregado. Por otro lado, según los datos oficiales de la Conagua, a finales de febrero de 2025, solamente cinco de las 17 principales presas de la cuenca del Río Bravo tenían almacenados volúmenes por arriba del 50 por ciento de su capacidad. Las dos presas internacionales, Amistad y Falcón, se encontraban por debajo del 21 por ciento de sus capacidades. Esto indica que esas presas no podrían ser una fuente de aguas para entregar a los Estados Unidos como sí lo fueron en el ciclo 35, por lo tanto se espera un importante volumen de agua adeudado para el ciclo 37.
Una de las cinco presas con un volumen almacenado mayor al 100 por ciento del NAMO a inicios de 2025 era la presa El Cuchillo, que capta el agua del río San Juan. En el periodo del 7 al 19 de enero hubo una extracción aproximada de 133 millones de metros cúbicos que se asume fue entregada a los Estados Unidos (el volumen almacenado pasó de mil 204 a mil 71 millones de metros cúbicos). La explicación oficial fue que el desfogue se hizo por razones técnicas, debido a que se encontraba por encima del 100 por ciento de su capacidad (NAMO 1,123.143 Mm3).
El hecho que en el ciclo 36 se incorporen los ríos San Juan y Álamo para entregar aguas a los Estados Unidos no cumple con el objetivo de mejorar la predictibilidad en la entrega de aguas que se propone el Acta 331. Esa predictibilidad asume que los usos actuales (que figuraron en el tratado como aprovechamientos futuros) no superan el consumo proyectado en 1944. En realidad al menos desde 2018 los volúmenes concesionados eran al menos 20 por ciento más altos al proyectado, sin contar los aprovechamientos ilegales. A esta situación que ha sido caracterizada como de sobreexplotación de la cuenca se suma el hecho de una mayor incertidumbre en los volúmenes de escurrimiento anuales debido al cambio climático que ha derivado en sequías más largas y recurrentes, pero también en periodos de lluvia intensa por huracanes en corto tiempo. Esto sugiere que es poco viable que los escurrimientos actuales coincidan en el volumen proyectado y con la periodicidad quinquenal que contempla el tratado, lo cual se refleja en lo ocurrido en los últimos 10 años.
Lo que sí implica esa decisión es que las extracciones de agua en la presa El Cuchillo puede generar conflictos entre los usos, complicando aún más los arreglos en la cuenca para un uso equitativo del recurso. Así, el agua que se requiere para abastecer a la Zona Metropolitana de Monterrey se encontrará en competencia con los usuarios agrícolas que se abastecen de esa presa.
Ismael Aguilar-Benítez
El Colegio de la Frontera Norte, Unidad Monterrey
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