Los costos del agua: ¿Cuota voluntaria para las cuencas?

Monterrey /

La tormenta tropical “Alberto” trajo agua muy necesaria para Nuevo León, pero también causó afectaciones a la infraestructura de captación y suministro de la Zona Metropolitana, generando costos todavía no cuantificados para su reparación. Esos costos se adicionan a las inversiones realizadas previamente en infraestructura, principalmente la presa Libertad y el acueducto El Cuchillo 2, asumida como la solución para la crisis de agua que sufrimos hasta hace algunas semanas. Solamente en esta infraestructura se invirtieron más de 20 mil millones de pesos. Esto es, poder aprovechar los beneficios del agua de la naturaleza no es gratuito ni barato; requiere de grandes cantidades de dinero.

Por otro lado, que la crisis de agua de 2022 en la Zona Metropolitana de Monterrey se derivó de una limitada disponibilidad de agua, pero sobre todo que sus efectos fueron determinados por las deficiencias en el sistema de suministro, lo que queda demostrado después del paso de la tormenta “Alberto”. En efecto, las lluvias de las semanas pasadas llenaron las presas El Cuchillo, Cerro Prieto, La Boca e incluso se captó agua en la presa Libertad. La tormenta también causó daños en un ducto sobre el río Santa Catarina y la inundación de la Planta de Bombeo 2 de Cerro Prieto, derivados de fugas en la inacabada presa Libertad. Como resultado, aún en estos días se registran cortes de agua por días, incluso por semanas principalmente en dos municipios: Santa Catarina y García. Esta situación es insostenible para los habitantes de las colonias afectadas a quienes, como a todo Nuevo León, se les comunicó que el principal problema era la sequía. Esto ha llevado al bloqueo de avenidas y calles para presionar al organismo operador Agua y Drenaje de Monterrey (AyDM) para que les provea con el servicio. Es hasta este 10 de julio que en conferencia de prensa, el gobernador reconoce la necesidad de concluir el Anillo de Transferencia (Monterrey V), para mejorar el suministro de los municipios como García, que han concentrado la falta de agua. Esto se traducirá en costos adicionales en infraestructura.

La falta de una estrategia congruente de comunicación lleva a empeorar el problema. El gobernador del Estado ha declarado repetidamente que la crisis de agua ha sido resuelta y que hay agua para tres años en presas llenas y acuíferos recargados; que el agua ya es potable (después de la turbiedad en agua de la llave causada por la tormenta tropical “Alberto”) y expuso en esta semana en el Foro de la Agenda 2030 de la ONU que Nuevo León realizó acciones para superar la crisis hídrica. Por otro lado, AyDM tiene que responder a los reclamos y manifestaciones de colonias que han vivido en las últimas semanas con la falta de servicio de agua, problemas de presión y salida de agua turbia de sus llaves. Además de enfrentar la inconformidad y manifiesta desaprobación de una parte de la población y organizaciones como la Canaco ante recurrentes retrasos en los plazos comprometidos para resolver estos problemas. En ese contexto, el titular de AyDM declaró que su Consejo de Administración había aprobado incluir en los recibos de agua una aportación voluntaria del dos por ciento de la factura mensual, monto destinado a la restauración de las cuencas altas del río Santa Catarina en el Parque Nacional Cumbres.

Como era de esperarse, actores políticos como los diputados de oposición al Gobierno estatal han cuestionado esa propuesta de cuota con declaraciones sobre “cobros excesivos” y la exigencia de auditorías del gasto de AyDM. Se ha revelado también que en el presupuesto estatal asignado a AyDM, 40 millones de pesos fueron destinados a la recolección de agua pluvial y se afirma que deberían ser suficientes para la conservación y recuperación de cuencas.

Además de la confusión que muy probablemente se tenga, pues una cosa es el drenaje pluvial y otra muy distinta la recuperación de cuencas, resulta paradójico que se siga asumiendo que se requiere de una mucho mayor inversión en los sistemas de captación, tratamiento y suministro de agua, así como la búsqueda de “nuevas” fuentes, pero se cuestionan los gastos hechos por el organismo operador. Es paradójico también que a mantener y conservar las cuencas, fuentes de agua de las que realmente dependemos se les asigne una mucho menor importancia que a la infraestructura. Infraestructura que como la tormenta tropical “Alberto” mostró, es muy vulnerable. Existe un caso cercano de una cuota voluntaria para la conservación, con aportaciones captadas por el organismo operador de Saltillo y fondos manejados por una asociación civil, Profauna, para la Sierra de Zapaliname. Con más de 20 años de operación, ese caso pude aportar experiencias sobre la complejidad y retos para implementar esta medida, pero también de los beneficios de conservar las zonas naturales de una cuenca, esenciales para la captación y recarga de agua.

*Ismael Aguilar-Benítez

El Colegio de la Frontera Norte-Unidad Monterrey

*Las opiniones expresadas en este artículo son de exclusiva responsabilidad de quien escribe. No representa un posicionamiento de El Colegio de la Frontera Norte


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