El sector privado tuvo una participación relevante durante los últimos seis años en la Zona Conurbada del sur de Tamaulipas.
Casi superado el tema de la pandemia del covid-19, al existir ciertos rezagos en el crecimiento de algunos sectores productivos, sus integrantes jugaron un papel importante en proyectos acompañados por autoridades, principalmente Tampico.
Franquicias de restaurantes y comida rápida aterrizan por primera vez y otros se expanden. No solo es esto, también la colaboración de organismos y su decisión de impulsar un desarrollo en el ramo de bienes raíces, trae consigo a este municipio como a Ciudad Madero con un alto potencial de sucursales y en edificios departamentales, conocidas también como torres de vivienda.
Lo hecho por Chucho Nader desde 2018 y a unos días de concluir su periodo vislumbra un seguimiento de parte de su relevo en el puerto.
La morenista Mónica Villarreal Anaya encuentra eco en cámaras e incluso dueños de capital, como son urbanistas y desarrolladores inmobiliarios, presentes hace días en el municipio.
A la vez, ha entablado un contacto muy puntual con las figuras importantes del ramo secundario y terciario regional. Esto cambia la tónica y el discurso muy manejado desde los bandos contrarios a los guindas; es decir, una confrontación directa entre funcionarios con dueños de negocios. Para los tampiqueños la cosa es muy diferente.
Y si algo necesitaba la urbe petrolera, como tantos pendientes, es precisamente ese trato público-privado.
El alcalde electo Erasmo González Robledo lanzó un guiño cuando logró charlar con el presidente del Consejo Coordinador Empresarial Francisco Cervantes, un guiño de su plan de economía local.
Para el mismo caso se encuentra la relación directa con propietarios de firmas referentes en materia turística y comercial.
Playa Miramar es el destino apropiado, pero también corredores urbanos en dirección al sitio natural, sea la Avenida Tamaulipas y la Francisco I. Madero, están en condiciones de edificar departamentos y locales comerciales.
Antes del 1 de octubre, fecha de su toma de posesión, Mónica y Erasmo tienen un amplio avance en esa cordialidad con la iniciativa privada. Falta materializarlo en inversiones.