En Tampico, como en otras partes del país, las llamadas "nenis" han encontrado en las redes sociales un escaparate para ofrecer sus productos y generar ingresos que, en muchos casos, representan el sustento de sus hogares.
Muchas de ellas son madres solteras o trabajadoras que, ante la falta de oportunidades o salarios insuficientes, han optado por el comercio informal como una alternativa viable para equilibrar su economía familiar.
Sin embargo, su crecimiento ha generado reacciones divididas. Por un lado, su presencia ha sido vista como una oportunidad de emprendimiento en tiempos de crisis económica.
Por otro, los comercios establecidos han levantado la voz argumentando que enfrentan una competencia desleal. Alegan que mientras ellos cumplen con obligaciones fiscales, pago de renta y regulaciones, las vendedoras informales operan sin tales restricciones, lo que genera una desigualdad en el mercado.
Las autoridades municipales de Tampico han iniciado un cobro de 110 pesos, lo que es considerado perjudicial para dicho sector.
Es innegable que la proliferación de las "nenis" es un reflejo de la realidad económica y social de la región y de México.
La falta de oportunidades laborales bien remuneradas, el aumento en el costo de vida y la necesidad de conciliar la vida familiar con el trabajo han llevado a muchas mujeres a emprender por cuenta propia.
En este contexto, la solución no radica en la persecución, sino en la búsqueda de mecanismos que permitan su integración a la economía formal sin sacrificar su flexibilidad y autonomía.
El reto para las autoridades radica en encontrar un equilibrio entre la regulación y el apoyo a estos emprendimientos. Es necesario que se diseñen estrategias que faciliten su transición a la formalidad.
Al mismo tiempo, se deben atender las preocupaciones del comercio formal para garantizar condiciones equitativas para todos los actores económicos.
La clave está en reconocer que detrás de cada "neni" hay una historia de esfuerzo, necesidad y superación. Más que una amenaza, representan una oportunidad para dinamizar la economía local, fomentar el autoempleo y fortalecer el tejido social.
La solución no está en limitarlas, sino en brindarles herramientas para que su emprendimiento crezca y se consolide de manera sostenible.