Sobre el comunicado que la Universidad Autónoma Metropolitana hizo recientemente para desmentir que Salvador Vega y León y Norberto Manjarrez (rector y secretario general, respectivamente) dejaran perder negligentemente 5 millones de pesos que la Comisión de Cultura de la Cámara de Diputados otorgó en 2013 para recuperar el Teatro Casa de la Paz (más los 20 millones que en 2014 otorgó la ALDF para mismo fin), me veo obligado a intervenir por haber sido parte de la gestión ante los diputados cuando trabajaba en esa universidad.
El comunicado apunta que “c) En cuanto al señalamiento de que ‘en 2013 se etiquetaron cinco millones de pesos que serían destinados a la rehabilitación del Teatro’, la Universidad precisa que la Secretaría de Cultura del Gobierno Federal, en 2016 y 2017, le informó que en 2014 la Comisión de Cultura y Cinematografía de la Cámara de Diputados etiquetó cinco millones de pesos para el proyecto Teatro Casa de la Paz, cuyo beneficiario fue el Foro Shakespeare A. C., que gestionó, cobró y ejerció durante 2015 tales recursos, sin que dicho proyecto tuviera relación alguna con la UAM, ni con el Teatro Casa de la Paz de esta casa de estudios”.
Vega y Manjarrez encubren su negligencia al negar que se asignaron tales recursos. Mienten descaradamente (tengo copias de oficios que cruzamos con Manjarrez), como si pudiesen borrar del Diario Oficial de la Federación la publicación del Presupuesto de Egresos de la Federación donde aparece como recurso etiquetado para la UAM. Tuercen los ya muy torcidos renglones de la legalidad en la UAM y aseguran que “d) Esta Universidad reitera que no gestionó, ni recibió, ni fue informada en su momento de este proyecto del Foro Shakespeare A C, ni de los mencionados recursos que éste recibió y ejerció”.
La estrategia de contar la historia por el final como si fuese el principio debería tener consecuencias legales inmediatas contra Vega y Manjarrez. Solo fue cuando estaba a punto de perderse el recurso y regresarse a Hacienda que la Comisión de Cultura reasignó el dinero para el Foro Shakespeare. Nunca ocurrió al revés. Yo estuve en incontables horas de trabajo con el secretario y su equipo para hablar de los 5 millones de pesos y de la urgencia de hacer los trámites ante Conaculta para que bajaran. Recuerdo vivamente mi enojo en una junta en donde Vega y Manjarrez dijeron que para qué quería la UAM un teatro, que el asunto era un problema desagradable y que les quitaba tiempo.