Aunque la principal función de la presa La Boca es abastecer de agua al área metropolitana de Monterrey, actualmente es utilizado como centro de esparcimiento, vertedero de basura y residuos contaminantes de empresas, lo cual viola los estándares internacionales de tratamiento de agua potable, indicó el ecologista Guillermo Martínez Berlanga.
Mientras que en otros países, las normas restringen actividades nocivas para las presas, advirtió el especialista, en Nuevo León ni siquiera se cuenta con estudios que revelen cuál es el grado de contaminación que presentan los cuerpos de agua.
"La presa La Boca es un receptor primario de agua potable y por lo tanto deberían de hacerle por lo menos cuatro o cinco muestreos diarios sobre la calidad del agua para cuando ya llegue a la potabilización sepan qué hacerle.
"Se llaman depósitos primarios de agua potable y tienen que ser tratados de otra manera, no como negocio, es otro tema", argumentó.
Martínez Berlanga recordó que un estudio realizado por él mismo hace varios años indicaba que la presa albergaba tres metros de heces fecales y superaba siete veces la contaminación permitida por la norma internacional.
Al tiempo que los mantos acuíferos sufren daños ecológicos se enfrenta otra problemática: la sequía y los métodos para abastecer de agua al estado.
"Estamos hablando de dos temas: uno es la escasez y la sequía, pero el problema es que lo que tenemos lo tenemos olvidado", dijo.
Los estándares del agua potable se dividen en dos categorías para las concentraciones de contaminantes en presas: primarios y secundarios, mismos que fueron establecidos por la Agencia para la Protección Ambiental de Estados Unidos. Los primarios son de carácter obligatorio y se rigen por el nivel máximo del contaminante (NMC) debido a que pueden causar enfermedades como bacterias, hongos, virus o incluso cáncer si se consumen a través de agua tratada.