Retos, problemas y soluciones quedaron impregnadas en la mesa redonda “La seguridad hídrica en México”, efectuada en el auditorio de la UDLAP Jenkins Graduate School en la Ciudad de México; donde expertos en temas del agua e ingeniería explicaron sus puntos de vista sobre el acontecer de este tópico que afecta al país, coincidiendo que si no se atiende pronto será lo bastantemente grave para la población como para ser irreversible.
En el marco de la publicación del documento “El enfoque sobre la seguridad hídrica en México”, la Catedra UNESCO-UDLAP en Riesgos Hidrometeorológicos en colaboración con la Academia de Ingeniería de México, organizaron una mesa de discusión sobre las contrariedades que atraviesa el país con temas relacionados con el agua para presentarla ante directivos de empresas, expertos, académicos y estudiantes de distintas instituciones educativas. Siendo moderados por Víctor Manuel López López, coordinador del Programa de Recursos Naturales y Cambio Climático de la Academia de Ingeniería.
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La primera en tomar el micrófono fue Gabriela Moeller Chávez, vicepresidenta de la Asociación Interamericana de Ingeniería Sanitaria y Ambiental, quien se centró en hablar sobre la importancia de regular los contaminantes y la calidad de agua, tanto por las autoridades como de la misma población. Pues señaló que cuando una carga de contaminantes determinada se concentre en proporciones alarmantes, causará un mayor riesgo en términos de salud y seguridad ambiental; anticipando que “para el año 2030 la mayor parte del territorio mexicano se encontrará en condiciones de estrés hídrico o escasez”.
Por su parte, Humberto Marengo Mogollón, miembro del Consejo Consultivo de la Academia de Ingeniería, estableció que en promedio al año se precipitan 775 milímetros de agua, esta cantidad se traduce en 400 kilómetros cúbicos, sí se dividiera entre los más de 100 millones de mexicanos, cada habitante recibiría 4 mil litros por año, más que suficiente acorde a los estándares. El inconveniente es que está mal distribuido, porque el 77% del agua regulada se usa para agricultura y el 15% es potable. “Y tenemos como problema más grave, el cómo disponemos del recurso, porque cuatro meses del año llueve y se tiene agua suficiente pero los ocho meses restantes no, además de que llueve muy disparejo en el país”.
Entretanto, Polioptro F. Martínez Austria, catedrático de la Escuela de Ingeniería de la Universidad de las Américas Puebla, tocó los principales puntos del documento “El enfoque sobre la seguridad hídrica en México”, orientándose a los retos y principales factores desencadenantes como son la demografía, la producción de alimentos, la demanda de energía, el cambio climático y la pobre gestión del agua. “Cuando uno aborda el tema del agua y empieza a ver todas las dificultades que enfrenta, uno arriba a una sensación entre desesperación, preocupación extrema y algo de confusión”.
ARP