Después de un viaje de más de un mes desde el puerto de Santos, Brasil, un buque de carga cargado con 68 000 toneladas de maíz brasileño llegó el 7 de enero a un puerto en la provincia de Guangdong, en el sur de China, marcando el primer lote de maíz brasileño importado a granel a China.
Antes de eso, los productos agrícolas brasileños como la soja, el pollo y azúcar ingresaron a China y ganaron popularidad entre los consumidores chinos. La carne de res, el café y el propóleo chino atrajeron a muchos visitantes a la quinta Exposición Internacional de Importaciones de China (CIIE) el año pasado.
China ha sido el mayor socio comercial de Brasil durante 14 años consecutivos, y Brasil es el primer país latinoamericano en alcanzar un volumen comercial de más de 100 mil millones de dólares estadounidenses con China.
En 2022, el volumen comercial entre los dos países se situó en 171.350 millones de dólares. China importó 54,4 millones de toneladas de soja y 1,11 millones de toneladas de carne de res congelada de Brasil, lo que representa el 59,72 por ciento y el 41 por ciento de su cantidad total de importaciones, respectivamente, según los datos de la Administración General de Aduanas de China.
China y Brasil son altamente complementarios en la cooperación económica. La demanda china de productos básicos de Brasil está aumentando, dijo Wang Cheng'an, experto principal en países de habla portuguesa de la Universidad de Negocios Internacionales y Economía.
Los productos agrícolas, minerales y petróleo han sido los pilares en la cooperación económica y comercial entre China y Brasil, dijo Zhou Zhiwei, director ejecutivo del Centro de Estudios Brasileños de la Academia China de Ciencias Sociales.
El 7 de febrero, el Banco Popular de China firmó un memorando de cooperación con el Banco Central de Brasil para establecer acuerdos de compensación de renminbi (RMB) en Brasil.
La medida mejorará la eficiencia del comercio bilateral y reducirá los riesgos externos para proporcionar un mecanismo de protección efectivo para el comercio entre China y Brasil, dijo Zhou.
Mientras tanto, la inversión de China en infraestructura y proyectos para el bien público benefició a los brasileños.
La Corporación Estatal de Redes Eléctricas de China, una compañía estatal líder en servicios públicos, ha invertido en los proyectos de transmisión de energía de Belo Monte, incluyendo dos líneas de ultra alta tensión de 800 kilovatios que transmiten energía desde la planta hidroeléctrica de Belo Monte en el estado de Pará a grandes ciudades como Río de Janeiro y Sao Paulo, sin dañar el medio ambiente local.
La compañía también ayudó a construir un proyecto de desalinización de agua en la ciudad de Joao Camara en Rio Grande do Norte, Brasil, proporcionando 80 toneladas de agua purificada diariamente para la población local que había sufrido por el agua salobre.
China y Brasil también están explorando más campos para la cooperación, como la innovación científica y tecnológica.
En la quinta CIIE, Brasil estableció una zona de exhibición para la innovación científico-tecnológica con 19 empresas brasileñas en vehículos de nueva energía, agricultura inteligente y reducción de emisiones de carbono.
Luan Henrique, CEO de Geospace, una empresa brasileña que utiliza drones para una mejor gestión de recursos, dijo que el mercado chino tiene muchos líderes de la industria y comunicarse con ellos ayuda a su empresa a mejorar su competitividad y expandir su negocio en Brasil.
El notable progreso de China en industrias emergentes verdes e inteligentes y tecnologías de vanguardia en los últimos años genera oportunidades para los dos países, así como un enorme potencial para profundizar la cooperación económica y comercial bilateral, afirmó Zhou.
Wang cree que la industrialización de tecnologías avanzadas proporcionará un espacio más amplio para el comercio entre China y Brasil, y la cooperación bilateral pragmática para beneficios mutuos será un modelo para los países en desarrollo.
RRR