En China, es ya el pan de cada día ver vehículos con placas verdes por todas partes, algo que hace apenas una década parecía impensable. Estas matrículas, cuyo color simboliza la energía limpia y sostenible, reflejan una tendencia creciente entre los consumidores chinos.
Según la Asociación de Fabricantes de Automóviles de China, la producción anual de vehículos de nueva energía (VNE) superó las 10.000 unidades en 2012, alcanzó el millón en 2018 y, en 2024, sobrepasó por primera vez los 10 millones, llegando hasta más de 12 millones. Con este crecimiento sostenido, durante varios años consecutivos, China ha liderado el sector global de VNE.
En julio de 2024, la participación de los VNE en el mercado doméstico chino superó por primera vez a los vehículos de combustión, una tendencia que continuó durante los meses siguientes, consolidando a China como líder mundial en la transición hacia una movilidad más sostenible.
¿Por qué la industria de los VNE en China ha logrado un desarrollo tan vertiginoso en tan poco tiempo?
Este será uno de los temas más esperados durante las conocidas como "dos sesiones", la reunión política bicameral anual más importante en China, que definirá el rumbo de las políticas económicas y de desarrollo del país para el resto del año e incluso más allá..
El Gobierno central y las administraciones locales de China han desempeñado un papel clave en el desarrollo de la industria de los VNE.
En 2014, el Gobierno chino identificó el desarrollo de los VNE como "la única manera" de promover la transformación del país asiático en una potencia automotriz, lo cual marcó las directrices para el desarrollo futuro de esta industria en China.
Desde entonces, China ha formulado e implementado más de 70 medidas en áreas clave como planificación estratégica, innovación científica y tecnológica, gestión de inversiones, acceso a la producción o subvenciones financieras, entre otras, para estimular la producción e inversión en esta industria.
Además, incentivos como la entrega gratuita de matrículas especiales, exenciones fiscales y el fortalecimiento de la infraestructura de recarga han fomentado la disposición del consumidor a comprar VNE.
En 2024, como parte de un plan para estimular el consumo interno, China lanzó un programa multimillonario de renovación de bienes de consumo, el primero de su tipo en casi 15 años. En el sector automotor, los consumidores que cambien un vehículo antiguo por otro VNE podrán recibir una subvención de 20.000 yuanes (aproximadamente 2.782 dólares), acelerando así la transición hacia una movilidad más ecológica.
La expansión de los VNE en China ha sido posible gracias a la consolidación de un ecosistema industrial completo altamente eficiente, que abarca desde la fabricación de componentes clave, como baterías y motores, hasta la producción y comercialización de vehículos terminados. Este auge responde también a una estrategia nacional centrada en la reducción de carbono e integración de tecnologías avanzadas como la inteligencia artificial (IA).
A medida que China se abre cada vez más, esta industria ha entrado en una nueva era de desarrollo abierto e integral. En 2018, China levantó las restricciones a la participación extranjera en el sector de los VNE. Y el fabricante estadounidense de automóviles Tesla fue el primero en construir una fábrica de su propiedad en China.
La llegada de Tesla supuso una revolución para el sector en China, optimizando el rápido desarrollo de la cadena de suministro industrial del país y, por otra parte, haciendo que las empresas locales tuvieran que actualizarse constantemente con nuevas tecnologías y productos.
Actualmente, hay más de 100 marcas de VNE a la venta en China y cientos de modelos disponibles, lo que ofrece a los consumidores opciones cada vez más diversificadas.
Los VNE, que forman parte de las denominadas "tres nuevas" categorías de exportación de China, junto con baterías de iones de litio y bienes fotovoltaicos, también han experimentado un crecimiento extraordinario en su comercialización internacional.
Según datos de aduanas, China alcanzó un récord en exportaciones de automóviles durante 2024, con más de 6 millones de unidades enviadas al extranjero, de las cuales más de 2 millones correspondieron a VNE. Mercados emergentes como el Sudeste Asiático, África y América Latina han experimentado una creciente demanda de estos vehículos.
Los VNE chinos son cada vez más comunes en los países latinoamericanos. Empresas automovilísticas chinas como BYD, Chery y Great Wall Motors han fortalecido su presencia en la región, expandiendo sus operaciones en Brasil, México o Chile, entre otros países, para consolidarse como actores clave en la industria automotriz local.
De acuerdo con reportes de la industria, su éxito se debe a una combinación de tecnología avanzada, eficiencia energética y precios competitivos, ofreciendo una alternativa accesible frente a los fabricantes tradicionales.
Pero la cooperación entre China y América Latina en la industria automotriz no se limita a la venta de vehículos. En los últimos años, las empresas chinas han incrementado su participación en la cadena de producción regional, invirtiendo en fábricas de autopartes que suministran componentes como asientos y volantes tanto a fabricantes chinos como locales y multinacionales.
Además, Argentina, Chile y Bolivia, los países que forman el llamado "Triángulo del Litio", han fortalecido su cooperación con China en la explotación de este recurso esencial para la producción de baterías.
La participación de las empresas automotrices chinas en América Latina representa una oportunidad para la diversificación económica y la modernización del sector automotriz regional. Mientras los países latinoamericanos se benefician de nuevas inversiones, generación de empleo y transferencia de tecnología, también avanzan en sus objetivos de transformación energética y desarrollo sostenible.
En el marco de las "dos sesiones" de este año, la evolución de la industria de VNE en China será un tema clave en la agenda política y económica del país. Con una expansión continua del mercado de VNE y un fortalecimiento de la cooperación internacional, China y América Latina están construyendo un futuro de movilidad más limpia y eficiente, en el que ambas regiones se complementan y crecen juntas en la nueva era de la electrificación automotriz.
(Con información de Zhu Wanjun, reportera de Xinhua y ex corresponsal en América Latina. Contribuyó también a esta nota el editor de Xinhua Chen Jun, en Ciudad de México)