Morris Gilber, productor teatral, no reabrirá su compañía con el aforo permitido por las autoridades capitalinas; continuarán las funciones vía streaming.
La bronconeumonía estaba acabando conmigo y el poeta, fervoroso y creyente, invocó a su madre santísima y cantó: “Te voy a dedicar una canción, a ver si me devuelves tu cariño; ya vengo de rezar una oración, a ver si se compone mi destino…”
El 9 de enero de 1941, a bordo del buque Karaboudjan, el capitán Haddock entró en la vida del reportero Tintín y en la de sus lectores, exactamente en la página 14, novena viñeta, de El cangrejo de las pinzas de oro.
El filósofo plantea la posibilidad de una "posición original" que permita al individuo ser más humano y aspirar a ligar su destino personal con el bienestar colectivo.
La autora cumple una promesa a su familia y relata lo que vivió tras la Segunda Guerra Mundial, con la esperanza de que esos horrores no se repitan ni se olviden.
El británico dice que la recuperación de la Tierra no es asunto de inteligencia, sino de sabiduría: aún quedan opciones para devolver la calidad salvaje a la naturaleza.
Es un error, dice Aguinaga, igualar el “riesgo” con “poesía experimental”, porque podríamos observar poetas renovadores que son, también, convencionales.
La vida en el campo de concentración de refugiados españoles en Francia tras la derrota de la República en la Guerra civil, el exilio, la tristeza y la esperanza de volver un día a su país se hilvanan en este relato de un narrador anónimo.
Con este poema recordamos 200 años de la muerte del poeta inglés (31 de octubre de 1795-23 de febrero de 1821), una de las figuras emblemáticas del romanticismo.