El crecimiento infinito choca con recursos finitos; urge replantear urbanismo y economía ante el cambio climático y la escasez.

La discordancia entre la racionalidad de la planificación urbana y del proyecto arquitectónico con las interpretaciones y consecuentes adaptaciones es un debate teórico que se ha puesto en discusión desde los inicios del modernismo.

Hasta hace poco tiempo no se consideraba que los seres humanos formáramos parte del medio ambiente.

William Morris fue uno de los primeros representantes de un movimiento cultural que intentaba poner el foco en los problemas del progreso industrial

La arquitectura está siempre ligada al tiempo pasado, como producto nuevo y como la muestra de la permanencia de los objetos del pasado.

La información difundida masivamente se considera verdad, pero requiere análisis crítico para evitar distorsiones y sesgos.

Los proyectos urbanos deben ser flexibles, ya que las personas adaptan los espacios a sus necesidades, transformando su uso inicial.

El territorio no es el mapa, como el tiempo no es el reloj, ambas son dimensiones espaciales y temporales que comprendemos desde nuestra propia escala humana

En 2020 entrevisté al arquitecto Frédéric Druot, socio en proyectos de vivienda colectiva de los arquitectos Lacaton y Vassal