China está forjando su propio camino hacia la modernización, y ofrece no sólo inspiración a otros países en vías de desarrollo, sino también oportunidades tangibles de crecimiento en momentos en que la economía mundial avanza a paso lento.
En medio de un creciente proteccionismo comercial, China, la nación en desarrollo más grande del mundo, mantiene su compromiso de avanzar en la apertura de alto nivel y servir como un socio confiable para los países en vías de desarrollo en su camino hacia la modernización.
En el frente interno, China prioriza la apertura institucional, con lo cual ha desbloqueado un vasto potencial de mercado y creado abundantes oportunidades para las empresas extranjeras. Medidas como la eliminación de las restricciones a la inversión extranjera en el sector manufacturero y la mejora de la protección a la propiedad intelectual han convertido a China en un destino cada vez más atractivo para las empresas internacionales.
En la escena mundial, la Iniciativa de la Franja y la Ruta propuesta por China, que ahora involucra a más de tres cuartas partes de los países del mundo, ejemplifica el compromiso de China con el progreso colaborativo. Proyectos que antes se consideraban inalcanzables se han convertido en realidades, lo cual ha mejorado significativamente la vida de millones de personas.
Con la entrada de la Iniciativa de la Franja y la Ruta a su segunda década, están surgiendo nuevas oportunidades y también planes para abrir nuevos caminos mediante una mayor colaboración con los países socios. En julio, durante el tercer pleno del XX Comité Central del Partido Comunista de China, se adoptó una resolución que pide mejorar el marco integrado de conectividad terrestre, marítima, aérea y ciberespacial, así como construir una red multidimensional que conecte a estos países.
La cooperación en el marco de la Iniciativa se reforzará en ámbitos clave como el desarrollo ecológico, la economía digital, la inteligencia artificial, las finanzas y la mitigación de desastres. El rápido avance de China en las comunicaciones digitales, le da una posición estratégica para ayudar a los países socios a desarrollar sus economías digitales y reducir la brecha digital.
En el ámbito de la innovación tecnológica, China ha adoptado sistemáticamente un espíritu de colaboración. Su convicción de que la ciencia debe beneficiar a toda la humanidad no es mera retórica, pues ya se refleja en acciones concretas.
China ha establecido lazos de cooperación científica y tecnológica con más de 160 países y regiones, y firmado 118 acuerdos intergubernamentales relacionados con dicha cooperación. También publicó la Iniciativa de Cooperación Científica y Tecnológica Internacional, que presenta un tipo de cooperación abierto, justo, equitativo y no discriminatorio.
Un ejemplo destacado de esta cooperación es la creación, por parte de la Academia de Ciencias de China, de 10 centros científicos y educativos en África, Asia Central, Asia Meridional, el Sudeste Asiático, América del Sur y otras regiones del extranjero. Se pusieron en marcha más de 100 proyectos científicos y tecnológicos que han formado a casi 5 000 profesionales de alto nivel de estas regiones.
China ha proporcionado a la comunidad internacional abundantes bienes públicos, como la Feria Internacional de Importaciones de China, que se celebra cada año, así como iniciativas regionales, incluida la Expo China-ASEAN. Estas influyentes plataformas están llamadas a convertirse en proyectos de cooperación concretos que aportarán beneficios tangibles a la población de los países participantes. En su compromiso por ofrecer aún más bienes públicos globales en pro de la paz y la prosperidad, China aspira a lograr más resultados positivos para todos mediante su reforma y apertura, al tiempo que colabora con otras naciones en su modernización.
La eficacia de estos esfuerzos es evidente. Tras la promesa que hizo en julio de abrir aún más sus puertas a los países menos desarrollados, China anunció, a principios de septiembre, que concedería un trato de arancel cero en el 100 % de sus líneas tributarias a todos los países menos desarrollados con los que ha establecido relaciones diplomáticas. China se convierte así en el primer gran país en desarrollo, y la primera economía importante, que da un paso semejante.
Se espera que la cooperación entre China y otras naciones en vías de desarrollo se acelere en el futuro, sobre todo en los esfuerzos de transición ecológica destinados a abordar el cambio climático. Los avances de China en equipos de energía limpia y vehículos eléctricos ya se han traducido en programas de cooperación muy efectivos en sectores relevantes de países en desarrollo.
La modernización es una aspiración compartida por toda la humanidad. La modernización china disipa la idea errónea de que modernización equivale a occidentalización. En lugar de buscar un éxito aislado o de crear un modelo que obstaculice a otros, China se ha dedicado a asociarse con otras naciones para avanzar conjuntamente hacia la modernización.
Como segunda economía mundial, China ha aportado más de 30 % del crecimiento económico global en los últimos años. Las cada vez más numerosas oportunidades que ofrece la modernización china acogen a todos, en especial a los países del sur global.
RRR