El año 2024 marca el XLV aniversario de las relaciones diplomáticas entre China y Estados Unidos. Ha llegado el momento de que ambas partes reflexionen al respecto y utilicen la experiencia adquirida para impulsar el desarrollo constante de la relación bilateral más importante en la actualidad.
Aunque en los últimos 45 años la relación entre China y Estados Unidos ha pasado por diversos altibajos, logró avanzar en su conjunto. La historia demuestra y demostrará que el respeto mutuo, la coexistencia pacífica y una cooperación que beneficie a ambas partes constituyen el camino correcto para que los dos países se lleven bien.
Las razones fundamentales de que China y Estados Unidos hayan podido romper el hielo y establecer relaciones diplomáticas son la adhesión de ambas partes al principio del respeto mutuo y la búsqueda de puntos en común, a la vez que hacen a un lado sus diferencias.
Las dos naciones aún difieren en muchos aspectos, pero ello no impide que busquen elementos en común y respeten sus diferencias en pos de desarrollar las relaciones bilaterales.
No es necesario ni posible que una parte cambie a la otra y viceversa. Por el contrario, ambas deben respetar el sistema social y la vía de desarrollo de la otra, así como sus intereses fundamentales, preocupaciones principales y su derecho al desarrollo.
La historia ha demostrado una y otra vez que la cooperación beneficia a ambos países y que la confrontación los perjudica. El comercio bilateral pasó de menos de 2 500 millones de dólares en 1979 a cerca de 760 000 millones en 2022; las inversiones bidireccionales aumentaron de casi cero a más de 260 000 millones de dólares; y además, se establecieron 284 pares de provincias, estados y ciudades hermanos. Las dos naciones también han cooperado en diversos asuntos internacionales y regionales, así como en temas mundiales.
Permitir que la competencia o el juego de suma cero defina las relaciones bilaterales sólo conducirá a un aumento de las tensiones y, en última instancia, perjudicará los intereses de los dos países y de todo mundo. China y Estados Unidos tuvieron, tienen y tendrán discrepancias. La clave está en gestionarlas de manera constructiva.
En la cumbre de San Francisco, los presidentes Xi Jinping y Joe Biden establecieron más de 20 compromisos en ámbitos como temas políticos y relaciones internacionales; comercio y finanzas; intercambios entre los respectivos pueblos; gobernanza mundial; y ejército y seguridad. Desde San Francisco, fomentaron una visión de orientada al futuro, la cual marca el camino a seguir en las relaciones bilaterales.
China y Estados Unidos, al ser el país en vías de desarrollo y el país desarrollado más grandes, respectivamente, deben extraer sabiduría y fuerza de la historia y poner en práctica el importante consenso alcanzado por los dos jefes de Estado para promover el desarrollo estable, sólido y sustentable de las relaciones entre las dos naciones.
RRR