El Atlético de San Luis acabó echando chispas, en el campo, en la banca y en el palco, no daban crédito a lo que les había ocurrido en el juego contra Pumas, tres goles les habían sido anulados y terminaron perdiendo ante los universitarios por un penal en los últimos minutos y encima Leonel Rocco y Felipe Gallegos fueron expulsados.
Al final del partido, Pedro García, auxiliar técnico del cuadro potosino, optó por la mesura, no quiso hablar de más sobre la actuación del árbitro Marco Antonio Ortiz, porque si decía algo fuera de lugar podría haber más sanciones.
“Es difícil hacer un análisis estando así de caliente. Yo creo que ustedes (prensa) deberían de analizar el desempeño de los árbitros y lo que pasó en algunas de las jugadas. Es difícil hablar de los árbitros porque cualquier cosa que uno diga se lo pueden tomar a mal. No quiero faltarles al respeto, solamente creo que hay que tener más calma”, dijo.
Y es que en el trámite del partido, San Luis fue el equipo que mostró mayor determinación por buscar el triunfo y se quedó con las manos vacías, dejando un dejo de frustración e impotencia, porque se quedan con las manos vacías y no logran dar pasos firmes hacia salir de la zona de fuego, pero también una sensación de que van por el camino correcto.
“Está la conformidad en el desempeño del equipo, pero los aficionados exigen mucho más. El equipo fue más intenso que en los otros partidos, se ganaron los duelos y hubo circulación de pelota. Estamos conformes con el trabajo que hemos hecho y sentimos el respaldo de la directiva. Hay tranquilidad en ese aspecto”, dijo García.
Asimismo, consideró la expulsión de Rocco fue exagerada, porque la protesta del entrenador, dijo, no fue desmedida. Ahora San Luis buscará aprovechar este receso en encontrar la calma para seguir buscando salir de los últimos sitios de la tabla porcentual para que no ser el equipo que cargue con la mayor cantidad de multa.
HRL