Hay una delgada línea entre acompañar y espiar a los hijos mientras navegan en redes sociales. La clave para que no se sientan acechados, es mantener una comunicación clara sobre su recorrido por el mundo virtual y evitar que se involucren en situaciones de riesgo.
Como padres, hay que hacerles entender que se respeta su privacidad y que se preocupan por su seguridad. Durante la infancia y la adolescencia hay que limitar el horario de uso de internet, pero ¿a qué edad se debe seguir sus actividades en las redes sociales.
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Rosario Sotelo Torres, psicóloga, con maestría en terapia cognitiva y conductual, explica que desde corta edad es necesaria la compañía; sin embargo, es en la adolescencia cuando hay que mantener una comunicación cercana que les haga sentirse libres y en confianza para hablar de todo lo que deseen.
“Prevenir y proteger es la intención, hay que estar alerta, más que castigar y juzgar a los chicos, como padres de familia se debe de buscar el equilibrio entre la libertad, y el respeto a su autonomía, espacio y privacidad”.
Resalta que lo ideal es establecer límites claros y tener conversaciones más abiertas para tener la confianza y que se abran para hablar sobre su entorno. “Cuando los chicos empiezan a contar situaciones en las que pudieran haber estado en riesgo, en ocasiones los padres reaccionan a la defensiva, a juzgar, a regañar, incluso con enojo, provocando que se cierren al diálogo”.
Estrategias y límites
Sotelo Torres comparte que una estrategia es la de tener la apertura de escuchar, evitar juzgar y hacer comentarios antes de tiempo, y en el momento que los chicos están hablando es preferible hacer un comentario sencillo y preguntar qué piensa de eso, qué pasaría si en un futuro viviera tal situación, qué haría, y así fomentar la charla, pero nunca cerrar ese canal de enlace.
“Una primera línea de prevención, es la comunicación; también es importante que los chicos tengan la seguridad de que, sin importar lo que pueda estar pasando, siempre van a contar con papá o mamá para apoyarlos”.
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