A veces rebeles, en otros momentos inseguros o quizás hasta temeroso o con demasiada confianza, así es la adolescencia, una etapa de cambio que puede llegar a ser difícil la relación padres-hijo.
En este periodo se experimentan cambios hormonales, en el cual se trata de encontrar su identidad, su independencia, sin embargo todo esto es necesario para que adquieran la confianza suficiente y adquieran una personalidad sólida.
Cecilia Ibarra Compeán, maestra en Psicología, sostiene que los padres deben entender que la adolescencia es una etapa en la que los chicos tienen necesidades específicas y especiales, diferentes a las de un niño o un adulto, como es el deseo de independencia, de autoafirmación, de pertenecer a un grupo de pares diferente al núcleo familiar y, que están en búsqueda constante de su identidad.
"A esa edad los chicos van a probar diferentes identidades antes de llegar a la propia, es por ello que en un momento les pueden gustar los rockeros y en otro tiempo son emos, lo mismo sucede con la música, a veces prefieren el rap, reaggaetón, el k-pop, entre otros; porque necesitan pertenecer a diferentes grupos de jóvenes hasta encontrar con lo que se sienten mejor", expresó.
Cecilia quien cuenta con 12 diplomados entre ellos una especialidad en adolescencia, recomienda a padres de familia, que permitan a sus hijos cumplir esta etapa de sus vida, "hay que dejarles tener cualquier forma de expresión que deseen tener, acompañarlos sin juzgarlos, nunca dejarlos solos, pero sí expresarle los pros y los contras de la identidad que deseen tomar".
En cuanto al trato con ellos, Ibarra Compeán recalca que el rol de papás debe estar claro, "son papás, no amigos. Hay que tratarlos como se ha llevado la crianza desde la infancia, los límites deben ser claros y precisos no se trata de que sean estrictos o no, las restricciones deben ser sanas, es decir, establecerlas y respetarlas".
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La terapeuta de adolescentes y adultos, afirma que al no establecer límites a los adolescentes se les está haciendo daño ya que ellos tienen la tarea de probar las condicionantes, por lo que comparte algunas recomendaciones que serán útiles en esta etapa de la vida.
Algunas son: ser empáticos y sensibles con las necesidades del adolescente, permitirle probar diferentes identidades pero no dejarlo solo, establecer límites claros y precisos sobre lo que se espera del comportamiento del adolescente.
No cerrar nunca la comunicación con los chicos y, sobre todo entender que es una etapa, "no van a quedarse ahí para siempre, es parte de un proceso de desarrollo. Nos ayuda mucho recordar nuestra propia adolescencia y entender que si somos muy estrictos, el adolescente va a romper ese límite, lo ideal es tener un punto medio y sobre todo, fortalecer la comunicación para ser cercanos".