Niños corriendo por el patio, otros sentados bajo la sombra y unos más en el salón de clases atendiendo las instrucciones de sus maestros, es lo que ven día a día los miles de maestras y maestros.
"Para muchos de nosotros la docencia va más allá del aula, el compromiso con nuestros alumnos no termina al concluir las clases y un ejemplo de esa dedicación se vio durante la pandemia, cuando los docentes íbamos a las casas de nuestros alumnos a llevar las actividades y luego, a través de videos compartíamos clases y cuentos", dice Ilse Paloma Mata Vega, docente de educación especial en el área de discapacidad intelectual desde hace 13 años en la Escuela Profesor Santos Valdés en Torreón.
Resalta que al pertenecer a una escuela integradora, es decir, que permite la incorporación de niños con condiciones especiales, "siempre hay que estar preparándose para dar lo mejor a los alumnos, ya que algunos de ellos presentan condiciones como autismo, sordera, parálisis cerebral, trastorno por déficit de atención con hiperactividad, discapacidad intelectual, problemas de aprendizaje y asperger".
Mata Vega quien estudia la maestría en Educación Infantil, explica que la escuela hoy cuenta con el reconocimiento de la sociedad, pero resalta, es gracias al trabajo de sus maestros, a su dedicación, a su amor por lo que hacen.
"Al llegar a la escuela a los alumnos se les inculcan valores como el respeto, aquí todos somos iguales, no hay discriminación, por el contrario, existe una integración total porque todos se llevan muy bien, los niños que utilizan silla de ruedas los mueven otros, es un ambiente de compañerismo, pero sobre todo de valores".
Dice que el maestro no solo tiene la función de enseñar, también el de escuchar las necesidades de los pequeños. "Tenemos que prestar unos minutos para estar con ellos y enseñarles y recordarles los valores para que no se vayan perdiendo, siendo el amor, la vocación y el servicio primordiales para que se logre".
Resalta que al estar junto a niños con características diferentes, es importante que los docentes estén informados y conocer cómo se va a trabajar con ellos, y esto se logra asistiendo a conferencias y talleres que brinda la Secretaría de Educación Pública. "O buscamos más allá con la intención de poder servir, el querer hacerlo de corazón".
Paloma Mata detalla que quienes deciden dedicarse a esta carrera actualmente tienen vocación e inspiración de otros maestros, "en mi caso yo la tuve de mis papás , ahora ellos están jubilados, pero en mi infancia ellos fueron mi inspiración. Yo les digo a mis compañeros que nosotros debemos inspirar a los niños para que el día de mañana ellos digan que quieren ser maestros o profesionistas".
La Escuela Profesor Santos Valdés brinda clases de primero a sexto de primaria, por salón solo de atienen a 25 alumnos, para brindar una educación de calidad.
Paloma recomienda a quienes deciden estudiar esta carrera, que tengan mucho amor hacia los niños. "Debemos se serviciales y pacientes, pero sobre todo saber que aunque sean avances mínimos en los alumnos con condiciones especiales, estas son realmente victorias, por lo que la paciencia, el amor, servicio, vocación, son características que deben tener al querer ser profesor".
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Paloma Mata es alegre, servicial y entregada a sus alumnos. Al entrar a su salón de clases pregunta a sus estudiantes ¿Quien los quiere? y ellos al unísono responden "Tú". "Ellos tienen que saber que hay personas que nos interesamos por su bienestar y que queremos verlos bien".