Aficionado a la Astronomía desde los 13 años, Eduardo Hernández Carrillo empezó con la observación del universo a través de telescopios por fotografía, con el paso de los años el ambiente de los planetarios lo cautivaron y encontró en ellos una herramienta muy poderosa para mostrar al público un cielo estrellado.
Eduardo Hernández es uno de los creadores del concepto del Planetarium Torreón, espacio que ha cambiado la aproximación de los niños laguneros con el espacio sideral, y cuyos resultados son tan favorables que las experiencias de este lugar ahora impulsa la ciencia y tecnología en otros planetarios de México.
"No importa la hora del día o las condiciones climáticas, el mostrar a las personas un cielo, cómo orientarse en él, viajar en el espacio, ver fenómenos astronómicos que difícilmente se podrán ver sin un telescopio, es poner un granito de arena en la comunidad para incrementar el nivel educativo en los niños, es el principal objetivo del Planetarium Torreón".
Hernández Carrillo trabajó por cuatro años en la construcción del Planetarium Torreón, posteriormente ocupó su dirección y actualmente está a cargo del área ´Coming Zone´, la cual es la parte del Planetarium enfocada al desarrollo de museografía y experiencias, tanto en este planetario como en otros del país.
Eduardo Hernández, como encargado de esta área de desarrollo, trabaja ahora en lo que será el último proyecto de 2019 que comprende la elaboración de la museografía del Planetario de Tijuana, ubicado dentro del Museo El Trompo.
Explica que, la meta de conectar a los niños de Torreón con la ciencia se está cumpliendo, y por ello, actualmente se desarrollan proyectos para otros museos, además de generar recursos para la operación del planetario de La Laguna, "nos interesa que más y más museos y centros de ciencia cuenten con estos espacios en sus instalaciones".
Recuerda que la primera prueba piloto que se hizo se esperaba que los niños se sorprendieran, "pero cuando se enciende el proyector, se muestra el cielo azul y se hace de noche, el escuchar el primer ¡´guauuu´! al estar en contacto con un cielo tremendamente estrellado, es espectacular".
Pero al final de cuentas no sólo deja esa sorpresa, sino también se inyecta ese "gusanito" por la ciencia, por descubrir y entender que no todo está descubierto en este mundo tecnológico del que pareciera que no hay muchas cosas más por revelar".
Algunos de los proyectos en los que ha colaborado Eduardo Hernández se encuentran en Quintana Roo, Aguascalientes, León, Ensenada, Tijuana, así como también han participado en la remodelación en Puebla, trabaja en coordinación con otros desarrolladores para tener este producto y sea asequible para algunos museos.