"Lo que podemos hacer las unas por las otras es apoyarnos, decirnos 'no estás sola', 'no te va pasar nada' y empezar a levantar la voz y romper el silencio juntas, cuando una rompe el silencio, es un avance para todas", dice Valeria López Luévanos, activista feminista y universitaria comprometida a alzar la voz por las mujeres.
Valeria es estudiante de la carrera de Sociología en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales (FCPyS) de la Universidad Autónoma de Coahuila (UAdeC) y cuenta que su camino como activista feminista comenzó en el año 2016, cuando acudió a una marcha en contra de la violencia de género llamada "24A", convocada por un colectivo de mujeres que lucha a favor del movimiento.
Fue entonces que, durante el camino, pidiendo por el respeto hacia los derechos de las mujeres un domingo 24 de abril, se identificó con los testimonios de violencia compartidos por las presentes y se inició dentro del feminismo. Comenzó a investigar en qué consistía el movimiento, para luego asumirse como una de las mujeres que van en búsqueda de la equidad de género.
"Cuando yo me reconocí feminista fue porque empecé a investigar el movimiento y lo que era ser parte de él, el hecho más grande que me hizo darme cuenta que era feminista fue decir 'yo voy a luchar por los derechos de las mujeres'. Yo tenía miedo de decirme feminista públicamente porque yo veía como las atacaban, yo estaba consciente que a la par de asumirme como tal, mucha gente iba a comenzar a cuestionar mis posturas y la forma en la que vivía".
- Te recomendamos Qué hacer si eres una mujer que sufre violencia en Torreón Estados
A lo largo de los años que ha vivido bajo la cobija de un movimiento que protege a las mujeres de la misma sociedad en la que viven, Valeria ha entendido que a pesar de las críticas que recibe por su constante lucha de igualdad, su labor por darle voz a las mujeres no debe parar.
"El feminismo me dio una fortaleza que no encontré en ningún sitio, me demostró que yo no estaba sola, que lo que había vivido y que seguía viviendo no era cosa mía, no era que yo estuviera fallando en algo, sino que era un problema de un sistema, que había muchas mujeres que pasaban por la misma situación que yo y de una forma mucho peor. El feminismo me ayudó a sentirme acompañada, cambió mi vida por completo", detalla.
El feminismo en la universidad
Militar dentro de un movimiento como el feminismo, abrió los ojos de Valeria a violencias que han sido normalizadas por mucho tiempo dentro de las instituciones de educación superior sin ser atendidos, como acosos y hostigamientos por parte de compañeros y profesores.
"Me di cuenta que en los espacios universitarios obviamente se practica un montón de violencias de las que también me ejercieron a mí, como hostigamiento por ser feminista, por ser una mujer que está en el espacio público, me atacaban por eso, por no quedarme callada. Cuando yo denuncio esto, me doy cuenta que el espacio universitario no está exento de violencia hacia la mujer".
A raíz de una denuncia interpuesta por Valeria en 2018 en contra un profesor de FCPyS de la UAdeC por ejercer violencia institucional en ella, la universidad activó el protocolo de actuación para prevenir, atender, sancionar y erradicar la violencia de género dentro de los espacios universitarios, lo que ha servido como apoyo para que las estudiantes alcen la voz en caso de sufrir algún tipo de violencia.
"Es algo en lo que tendríamos que ir avanzando, a muchas chicas les sigue dando miedo denunciar, decir que alguien las acosa, ya sea un alumno o un profesor, porque justo tenemos miedo de que las instituciones no hagan absolutamente nada. Me parece muy importante este momento en el que muchas chicas están queriendo hacer algo por la violencia que se vive dentro de la universidad".
- Te recomendamos Empresarios de La Laguna respaldan '#UnDíaSinMujeres' Estados
Apunta a la importancia de apoyarse y acompañarse entre mujeres en momentos necesarios y sobre todo, no silenciar sus opiniones, sus sentimientos, ni sus ideas, pues la voz de una puede ser el inicio del hablar de todas.
"El silencio en un principio es protegerte a ti misma, pero al romperlo es liberador y es liberador no solo para quien rompe el silencio de las violencias que vivió, sino para la gente que está a su alrededor, porque se rompe la normalidad y la tolerancia social que ha llevado a que la violencia de género esté en los niveles en los que hoy está".