Hereda el amor por la docencia

Desde pequeña sabía que quería ser maestra, Rosa Isela Guzmán tenía claro su meta profesional, la cual fue creciendo al ver a sus padres desarrollarse como maestros

Actualmente, Rosa Isela concluyó su maestría en Educación Básica. (cortesía)
Claudia Luévano
Torreón, Coahuila /

Definir el futuro no siempre se tiene claro a corta edad, pero para Rosa Isela Guzmán Hernández, actualmente supervisora escolar, era una decisión que tomó desde niña, siendo sus padres un ejemplo e inspiración para ella.

Cursó sus estudios en la Normal de Torreón, "crecí en un ambiente del magisterio, desde muy pequeña estuve involucrada y siempre supe que quería ser como mis padres, mis mejores recuerdos son durante mis años de escuela".

Su mamá Rosa María Hernández Torres le heredó su plaza, época en la que aún se usaba. Su papá Cutberto Guzmán Irra trabajó 50 años en la docencia de los cuales 30 estuvo laborando junto a los maestros y sus cuatro hermanos también se enfocaron a esta carrera. "Mi hermano Cutberto es Ingeniero Civil pero hace tres años al entrar la reforma educativa aplicó examen para maestro en Medio Superior y ahora trabaja como catedrático en un Cecytec".

Sus hermanos Reina es maestra de Inglés, su hermano Mario quien cuenta con especialidad en Educación Física es director de secundaria y la más pequeña, Noelia es asesora técnica.

Rosy recuerda que los primeros 15 laborales estuvo frente a salón de clases en diferentes grados de primaria en el Ejido La Joya en Torreón, tiempo en el que la comisionaban para ser subdirectora, es decir, como apoyo de directores de escuela porque veían que contaba con habilidades, que a decir de ella, aprendió de sus padres.

"Dentro de la práctica se van presentando oportunidades para ascender, y al estar involucrada con lo que es la profesionalización docente y actualización empecé a aplicar para promoverme a directora, en esa ocasión obtuve una dirección temporal así que por las mañana atendía mi grupo y por las tardes trabajaba como eventual en la dirección de la Escuela Venustiano Carranza en Matamoros, Coahuila".

Previo a esta oportunidad, Rosa Isela fue asesora técnica pedagógica, para luego presentar para el puesto de Supervisora Escolar, el cual consiste en asegurarse que los niños eleven sus aprendizajes, "esto se logra estando al pendiente de la formación de los maestros, de cómo dan sus clases y las estrategias que siguen para lograrlo", cargo que ocupa desde hace cinco años.

Resalta que cuando se tiene vocación y te gusta lo que haces vas tratando de mejorar y aprender. Hoy cuenta con 21 años de trayectoria lo que para ella representa mucho aprendizaje en todos los aspectos de su vida.

"Me siento satisfecha de haber dejado huella en cada caminito que he recorrido, primero como maestra, luego como directora y ahora como supervisora, me gusta transformar no nada más a mis niños, sino también a mis maestros, ser un motor de cambio para ellos".

Los últimos dos años ha sido complicado, recalca, pues dice que los maestros son personas con emociones y fue difícil durante la pandemia, por lo que trató de darles acompañamiento para que a vez, ellos lo hicieran con los niños, "fue algo muy complejo pero a partir de la estabilidad emocional todo lo demás viene en consecuencia".

Rosa Isela concluyó su maestría en Educación Básica y actualmente estudia el doctorado en Ciencias de la Educación. "La Jefatura de Sector es el último puesto en la cadena, y aspiro algún día lograrlo, pero aun quiero seguir aprendiendo y al tener la preparación completa aceptaría tener una responsabilidad mayor, ya que en cuanto más se asciende, crece la responsabilidad. Yo nací para educar, independiente del nivel. Hoy ayudamos a los maestros a que el camino que están siguiendo deje huella en los pequeños", concluyó.

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