El desarrollo de hábitos de sueño en la primera infancia, dependerá del trabajo que papá, mamá o cuidador tengan con los pequeños. Para ello, un primer requisito es que se cumpla con la hora de ir a la cama, así como el tiempo de descanso de acuerdo a su edad.
Diana Araceli Estrada García, médico pediatra, subespecialista en neurología, refiere que en la primera infancia el niño debe de cumplir con sus horas de sueño, es decir, un bebé de 0 a 3 años debe estar durmiendo alrededor de 13 a 17 horas, conforme va avanzando la edad va disminuyendo la cantidad de tiempo de descanso.
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Datos que comparte la Academia Estadounidense de Medicina del Sueño, señalan que, si bien algunos problemas al dormir pueden desaparecer a medida que el niño crece y se desarrolla, otros más, pueden ser un signo de un trastorno.
“Cuando los adolescentes tienen malos hábitos para dormir y no descansan de manera regular, les afecta su calidad de vida, tanto en su salud física como en la mental. En la salud mental, son adolescentes que tienen más riesgo de trastorno de la conducta, presentan ansiedad, agresividad, menos tolerancia y, si son chicos con una predisposición de algún trastorno, lo pueden exacerbar”, afirma Diana Araceli.
Estrada García quien actualmente labora en el Hospital de Alta Especialidad del IMSS, clínica 71, menciona que en la cuestión de la salud, se ha visto que condiciona mayor riesgo de problemas metabólicos como diabetes tipo 2 y trastornos cardiovasculares a largo plazo, de ahí la importancia de tener buenos hábitos desde la primera infancia.
“En México no tenemos un registro, pero datos recabados en Estados Unidos, que incluyen hispanos, revelan que la calidad del sueño de niños de 3 meses hasta 16 años, que no duermen bien oscila entre un 35 y 40% y, dependiendo de la región, llega a ser hasta un 50%”.
Recomendaciones de especialistas
La especialista sugiere que para tener un sueño reparador los niños y adolescentes deben de contar con un horario establecido, también se pueden emplear algunas medidas como son: contar con condiciones adecuadas de la habitación, que el espacio esté templado, tener oscuridad o luz tenue y, de ser posible, que no exista mucho ruido.
Así como aplicar algunas prerutinas que permiten acostumbrar a los pequeños a ir a la cama a su hora establecida, las cuales pueden ser: antes de acostarse, lavarse los dientes, leer un cuento, ya que así el pequeño se va mentalizando que es hora de dormir. También refiere la importancia de hacer toque de queda tecnológico, es decir, una hora o media hora antes de ir a la cama nada de pantallas, ya que cada vez que lo hace es retrasar su sueño media hora.
“Actualmente, es un gran problema, sobre todo en adolescentes que en todo momento tienen en uso el celular, lo cual inhibe el sueño”, recalca la especialista.
Otra sugerencia es evitar comidas copiosas o altas en carbohidratos durante la noche, así como realizar ejercicios exhaustivos que lleven a un cansancio extremo.
“Se ha visto que el nivel socioeconómico sí llega a afectar la calidad del sueño, porque a lo mejor no se tiene el espacio adecuado para dormir, o tal vez, son muchas las personas que están en una misma habitación. El horario de los papás es importante, a veces esperan a que ellos lleguen a casa para ir a descansar, lo que perjudica a los pequeños”.
Para concluir, la doctora Araceli comparte una aplicación gratuita que ayuda a calcular las horas de sueño, y dependiendo de las edades, brinda recomendaciones para que pueda ser un sueño favorecedor.
DAED