Ayudar y acompañar son propósitos de Casa Feliz, hogar del Grupo Encendamos una Luz que brinda hospitalidad a las familias con niños bajo el tratamiento médico relacionados con el cáncer y otras especialidades médicas.
"Nos mueven el corazón los pequeñitos, las familias, el poder apoyarlos, el poder darles una esperanza de vida, una esperanza de que van a estar bien, tenemos que trabajar incansablemente por ellos para que se sientan en un lugar confortable. Es un compromiso muy grande el que tenemos en Casa Feliz, de brindar todo el apoyo que se necesita", dijo Cecilia Marroquín de Murra, presidenta del Grupo Encendamos una Luz.
Desde la llegada a Casa Feliz el recibimiento es cordial, quienes ahí colaboran tienen una sonrisa para todos: chicos y grandes, quienes luego de desayunar, se preparan para salir hacia la clínica en donde están siendo atendidos, ya sea para recibir resultados, programar citas u otros. La población proviene de las regiones de los estados de Chihuahua, Durango Zacatecas y Coahuila.
"La casa está hermosa gracias al apoyo de los mismos padres de familia quienes ayudan en el mantenimiento cuando es necesario, así como en actividades de manualidades para los pequeños. Hemos trabajado mucho para contar con los medicamentos que se requieren, las cosas que no proporciona la misma seguridad como los son algunos tipos de exámenes médicos".
En los últimos dos años en Casa Feliz se tiene un registro de 327 niños (población flotante) quienes han contado con un espacio y apoyo para su tratamiento. "Nuestra población de pequeñitos enfermos de cáncer ha crecido, tan solo el 15 de febrero de 2023 llegaron tres niños nuevos", afirma.
Menciona que también los infantes que son de la Comarca Lagunera asisten a Casa Feliz, "luego de su quimioterapia vienen, comen, juegan, reciben un regalito, o cuando asisten a exámenes temprano por las mañana también nos visitan para de ser posible disfrutar de las áreas de juegos".
Marroquín de Murra recalca que durante la pandemia se dieron cuenta de que en la Comarca Lagunera hay gente, empresas, hospitales tripe A, es decir, "nos hemos unidos todos, nos acaba de dar la noticia el Sanatorio Español que dará ciclos de radiaciones para cinco pequeñitos que no tengan seguridad social".
Finalmente resalta que Casa Feliz ha trascendido murallas, "vamos por más, para que ningún pequeñito se quede sin medicamento y lo básico que es la seguridad, así como tener la atención necesaria. Los invitamos a que vengan, hoy se requieren pañales y toallitas húmedas".
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Un largo andar
Nora Guadalupe Valles y su hijo Pablo Emanuel Aguilar de 11 años llegaron hace cinco meses a Casa Feliz, pero desde hace tres años han estado esperando un diagnóstico concreto ante los vómitos cíclicos y estreñimiento crónico del pequeño.
"No se ha encontrado la enfermedad, la atención comenzó en el estado de Durango y ahora aquí en la clínica 71. Llevamos tres años y como en Durango no había un gastopediatra nos trasladan para acá, pero ha sido muy lento el proceso. Ya le hicieron endoscopía nos dicen que trae una bacteria pero que hay que esperar la tomografía y que es posible sea una malformación, pero nos envían a Durango y allá dicen que acá, el caso es que a Pablo le dan vómitos lo que provoca que baje de 1 a 3 kilos, a sus 11 años pesa 24 kilos".
Mientras Pablo dice estar contento en Casa Feliz, "me siento más aliviado aquí, lo único que quiero es que me digan qué tengo, que no es grave y que tiene alivio, solo quiero eso".
Aún espera de tener un diagnóstico concreto, Nora y Pablo se preparan para ir a revisión a la clínica, rogando por encontrar solución pronto a su malestar, para luego regresar al espacio seguro que se ha convertido para ellos Casa Feliz.