Cuando a los padres de familia se les informa que su hijo presenta un Trastorno del Espectro Autista, en ocasiones no lo aceptan o minimizan la situación, pero esto solo puede retrasar el asistir a recibir un tratamiento eficaz que colabore en el desarrollo del niño.
Sugey Anahí Castro Rodríguez mamá activista de niño con autismo grado 2, trabaja incansable en la lucha por los derechos de su pequeño que actualmente cuenta con nueve años de edad. Es también integrante de la asociación Plan-TE.
"Desde que mi hijo tenía año y medio de edad, obtuvimos el diagnóstico y a la fecha sigo aprendiendo, informándome y luchando por sus derechos", dice Sugey, quien explica que para llegar a donde están actualmente han sido días y noches de investigar, conocer, platicar y sobre todo compartir experiencias con otros padres de familia.
El Manual Diagnóstico y Estadístico de Trastornos Mentales, publicado en 2013 por la Asociación Americana de Psiquiatría, recoge el término único de Trastorno del Espectro Autista y engloba en esta categoría al Autismo, el Síndrome de Asperger, el Trastorno Desintegrativo Infantil y otros generalizados del desarrollo, no especificados.
Castro Rodríguez menciona en el Autismo se diferencian tres grados: el primero, cuando el niño va a necesitar apoyo mínimo, porque tiene la capacidad de poner atención y comprende lo que se le indica. En grado 2, se encuentran pequeños con problemas más profundos de lenguaje, que batallan en socializar, puede presentar un desfase en el desarrollo y necesitará mayor apoyo.
El grado 3, se se incluye a quienes no tienen contacto visual, no soporta los ruidos fuertes, por lo que requiere un apoyo aún mayor, tanto de especialistas como de la familia y quienes estén cerca de él.
Inclusión educativa
Sugey afirma que uno de los mayores retos a los que se enfrentan los padres de familia es la inclusión, "el papá primero que nada debe conocer qué es lo que tiene su niño para poder atenderlo, ayudarlo y brindarle las herramientas. Nuestro primer reto es pasar ese duelo".
Recalca que, es necesario ver con qué profesionales se le debe llevar para que de un diagnóstico y sean ellos quienes den una guíe al padre de familia, "cuando se cuente con esto, se buscará una escuela que acepte al niño, porque nos enfrentamos al reto de que los docentes no conocen cómo educarlos y guiarlos. La reforma educativa nos habla de que todos los niños con alguna discapacidad deben ser aceptados e incluidos, pero la realidad es que los maestros no están preparados, no tienen la capacitación".
Relata que al llegar a la escuela con un diagnóstico neurotípico la primera barrera son los maestros o directivos, porque tienen miedo a no saber cómo atender a los pequeños. "El reto es encontrar una escuela que tenga las nociones de lo que es el espectro para poder atender a mi hijo".
Actualmente su hijo estudia el tercer año de primaria en Gómez Palacio, y para Sugey encontrar maestros que asuman el reto de su educación es de mucho valor. "Su trayectoria educativa ha sido muy variante, sobre todo al cambiar de nivel, el ver a sus maestros y compañeros nuevos, es complicado. Ahora cuenta con maestra de apoyo y recibe una atención adecuada que permite que tenga una participación correcta en el aula".
Sugey visitó el Instituto de Desarrollo Integral (IDI), ubicado en la carretera La Unión en Torreón, ahí recibió orientación. También en Sinapsis Centro de Neurodesarrollo en la colonia Centro de Torreón, en donde los especialistas dieron seguimiento al diagnóstico.
Finalmente recomienda a los padres de familia que se informen, conozcan qué es el espectro para comprender qué tiene su hijo, "nosotros somos la base para guiarlos, debemos ser cómplices de los terapeutas y docentes para trabajar con nuestros niños en casa y con las herramientas necesarias".