Este 2020 arroja buenos resultados en la producción de miel de abeja de mezquite en La Laguna, noticia que nos hace tener esperanza en medio de una pandemia que por momentos nos amarga, así que quienes estén pensando en el aislamiento sobre cómo mejorar su nutrición es hora de hacer una parada para conocer más de este dulce producto natural.
Las pocas lluvias y los escasos terregales que se han registrado en la Comarca Lagunera permiten que la flor del mezquite permanezca más tiempo en los árboles, de esa manera es posible que las abejas tengan disponible su néctar, por fortuna sucede lo contrario a 2019 cuando efectos climatológicos ocasionaron que la floración de mezquite fuera menos efectiva para la producción de miel de abeja.
Según la FAO, sus propiedades benéficas de este producto natural van más allá del uso como dulcificante, ya que cataloga a la miel de abeja como rica en sales minerales, enzimas, vitaminas y proteínas que le donan propiedades nutritivas y organolépticas (características físicas que se pueden percibir como sabor, olor, textura y color) únicas.
Laura Sarmiento Covarrubias co-creadora del proyecto Panalito Mío, empresa nacida en 2018 para comercializar miel de abeja generada por apicultores laguneros, bajo la premisa de pagar un precio justo a los productores, recomienda darse un oportunidad para incluir la miel de abeja en el consumo diario en el momento en que la pandemia por covid-19 impulsa a buscar alimentos que eleven las defensas de nuestro organismo.
CONSTRUCCIÓN DE UNA CULTURA
Panalito Mío es también un espacio que impulsa el fomento de una cultura sobre la miel de abeja, trabajan para que se distinga el tipo de miel según la floración a la que corresponda. Bajo su marca envasan la de azares, cuyo sabor es un poco cítrico; de mezquite, de color muy blanco y sabor muy dulce; la multiflora, generada con flores como la de algodón y sandía, que es la más conocida en la región; la de sorgo, de un color obscuro y un sabor con un acento tipo piloncillo; y la de Victoria, Durango, con floración de frijol y acetilla, cuyas plantas que contienen dopamina y elevan el ánimo de sus consumidores.
Orientando a sus clientes, Karla Camacho y Laura Sarmiento promueven la venta de productos, imitando el trabajo constante de las abejas, pero ellas enfocadas a construir redes de conocimiento que sean el verdadero sostén de las colmenas de los casi 68 productores apícolas que estiman trabajan en la Comarca Lagunera.
Actualmente han cerrado negocios con tres apicultores laguneros, comercializan sus productos en el Planetarium de Torreón, algunas tiendas, y directamente con consumidores de la región a través de redes sociales, están ya en pláticas con un comprador estadounidense y su idea es exportar el producto al norte de América.
Laura Sarmiento fue una promotora activa de Alas de Vida, organización civil que luchó en 2016 ante la reducción en la población de abejas en La Laguna y logró crear conciencia para alejar a las colmenas de los pesticidas, ya que justo esta cercanía es uno de los factores de riesgo para los insectos. Ahí su vida se definió hacia la protección de las abejas y a promover un trato justo a los apicultores.
Ahora al lado de Karla Camacho, Laura Sarmiento lideran Panalito Mío, emprendimiento que en sus redes sociales nos comparten mensajes que llaman a la reflexión: “En muchas civilizaciones la abeja era sagrada y se consideraba que la miel tenía poderes milagrosos. Se llegó a utilizar como moneda y para hacer ofrendas sagradas. Nuestros antepasados entendían la importancia de las abejas en el mundo. Tal vez hoy en día no hagamos ofrendas pero si podemos hacer más por cuidar de nuestras amigas. Si ves una abeja no la mates, no te quiere hacer daño”.