Colegios de Torreón explican cómo es impartir clases híbridas

Dos colegios particulares de la ciudad de Torreón nos platican cómo están viviendo la impartición de clases en modalidad híbrida.

El uso de cubrebocas, caretas, así como acceso a gel antibacterial y distancia de 1.5 metros entre estudiantes es fundamental. (Cortesía Instituto San
Claudia Luévano y Sofía Gamón
Torreón, Coahuila /

Una de las primeras indicaciones ante la contingencia por covid-19 fue impedir que los estudiantes acudieran a sus escuelas. Los colegios, de pronto, dejaron de albergar las risas de sus alumnos y la enseñanza se trasladó a lo virtual. Sin embargo, actualmente poco a poco algunos colegios de la ciudad comenzaron a implementar la modalidad híbrida en sus instalaciones.

Ante un panorama cambiante y lleno de retos, te presentamos cómo están viviendo dos colegios particulares de Torreón el comenzar, nuevamente, a impartir clases de manera presencial.

Jorge Rodrigo Collado, director de campus del Instituto Sanford, explica que se tomó la decisión de implementar la modalidad híbrida debido a que era un deseo que padres y madres de familia manifestaron, ya que muchos de ellos trabajan y no tienen con quién dejar a sus hijos atendiendo la clase virtual.

“Por lo tanto hicimos todo lo necesario para poder darles el servicio que ellos pedían”. La solución fue asesorarse con la Jurisdicción Sanitaria, quienes les proporcionaron un protocolo a seguir para garantizar la seguridad de sus estudiantes. De tal manera, comenzaron a acudir los lunes, miércoles y viernes al colegio, desde preescolar hasta secundaria en grupos que no superen los 12 alumnos.

Aunque el Instituto Sanford ya permite que sus alumnos tomen clases de manera presencial, es una invitación voluntaria para su comunidad estudiantil. Quienes optaron por seguir estudiando desde casa, todos los días tienes clases virtuales ya que, “los maestros transmiten la clase en vivo desde las instalaciones”.

Jorge Rodrigo Collado, Director de Campus del Instituto Sanford. (Cortesía)

El que puedan implementar la modalidad híbrida se debe a su compromiso con seguir al pie de la letra los protocolos de sanidad implementados. Llevan a cabo diversos filtros, entre los que se encuentran que la entrada de los niños es por turno, es decir, se forman en fila respetando la sana distancia y van entrando uno por uno.

Asimismo, se mide su temperatura, se verifica que traigan sus cubrebocas y careta, atraviesan una cabina sanitizante y finalmente pueden ingresar a su salón.

“Todo los salones están acondicionados con películas acrílicas para que no tengan contacto directo, los maestros también tiene sus cubrebocas y caretas para tener el mayor cuidado posible”, explica el director.

No está permitido el servicio de cafetería y durante el receso los estudiantes no pueden jugar, Rodrigo Collado comenta que sí realizan actividades como caminar para que los alumnos se distraigan. 

Acuden alumnos desde preescolar hasta secundaria en grupos de máximo 12 personas. (Cortesía Instituto Sanford)

Ante el cuestionamiento sobre cómo están viviendo los alumnos el poder regresar a sus salones y convivir con sus amigos, aunque sea a distancia, el director afirma que se encuentran felices por poder volver a ver a sus compañeros y sentir la libertad de estar fuera de casa.

“Creo que muchos papás todavía siguen con las dudas del tema de la pandemia, pero cuando les hicimos el recorrido virtual y el recorrido presencial de todas nuestras medidas de seguridad nos dieron la confianza y ellos están muy contentos con el trabajo que estamos realizando”.

El tener que adecuar su estilo y método de enseñanza para lograr brindar la modalidad híbrida se convirtió en una muestra de la capacidad de adaptación rápida que tienen como institución, en palabras de su director. “Es algo que nos hace sentir orgullosos aquí en el colegio porque sí lo pudimos superar”.

“El instituto no deja de trabajar, día a día estamos invirtiendo en la mejora, en la tecnología, en la seguridad de los niños”, finaliza.

Apoyo familiar y compromiso escolar

De igual manera, el Colegio San Luis se preparó desde hace más de un mes para recibir nuevamente a sus estudiantes. De cada sección escolar, acuden alumnos dos días a la semana a tomar clases de manera presencial.

Rosario Murra, directora académica del Colegio San Luis, explica que la opción de la modalidad de clases semi-presenciales es para quienes opten por escogerla. Son empáticos con quienes deciden llevar a sus pequeños al colegio, por cuestiones laborales, así como con quienes prefieren seguir de manera virtual.


“Hay padres de familia que trabajan y les da mucho miedo dejar solos a los niños y prefieren traerlos y están confiados en las medidas de seguridad”.

Describe el protocolo de salubridad que siguen como “muy estricto”. Para la directora, contar con el apoyo de la familia es vital para hacer que las cosas funcionen de la mejor manera. Es ahí, donde se lleva a cabo el primer filtro: si hay un síntoma en casa, aunque no se tenga el conocimiento si es covid, el niño o niña no debe presentarse al colegio.

“Tuvimos que hacer la inversión de un puente de sanitizacion, se le toma la temperatura, pasan los niños con todas sus pertenencias, se usan productos que no afectan la salud del niño pero que sí saniticen. Después, se les pone gel en sus manitas”, explica Murra.

El proceso de entrada de los estudiantes consiste en el segundo filtro que se implementa en el Colegio San Luis. El tercer filtro reside en, de igual manera, sanitizar con humo los salones y oficinas todos los días por la tarde.

El Colegio San Luis invirtió en un puente de sanitización para sus clases en modalidad híbrida. (Cortesía Colegio San Luis)

Rosario Murra también respondió la incógnita acerca de cuáles fueron las impresiones de sus estudiantes al regresar, después de aproximadamente 6 meses, a sus salones de clases. ¿Su respuesta? “Felices, eso es lo que más nos ha motivado”.

“Los niños son seres sociales y es impresionante que no se quitan el tapabocas, desde los chiquititos. En lo único en lo que batallamos más es que a veces como son muy sociables no miden la distancia y se acercan, y una cosa del protocolo es mínimo 1.5 de distancia de niño a niño”.

Para llevar al pie de la letra las medidas sanitarias pertinentes, cuentan con un comité de salud de papás que forman parte de su comunidad y son médicos, a los cuales les llegan a preguntar alguna opinión. 

Turnan los días de asistencia, los recreos son en diferente horario, tuvieron que organizarse. “La verdad ha sido mucho trabajo pero con ver las caritas de los niños felices y que disfrutan tanto la verdad vale la pena”.

Los retos que tuvieron que enfrentar como institución educativa se traducen a enseñanzas en cuestión de resiliencia y capacidad de adaptación. Murra invita a ser propositivos, tener respeto por cuidar a los demás y a sí mismos siguiendo las medidas sanitarias. “Tener una muy buena actitud todos para poder salir adelante”, finaliza.

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