La Reserva de la Biósfera Mapimí y la Facultad de Ciencias Biológicas de la Universidad Juárez del Estado de Durango (UJED), trabajan desde 2019 en un proyecto de reproducción asistida de la tortuga del desierto, también conocida como tortuga del bolsón y cuyo nombre científico es Gopherus flavomarginatus.
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Esta especie es endémica del Desierto Chihuahuense, es decir, habita mayoritariamente en esa región y de manera especial en área protegida de la Reserva de la Biósfera de Mapimí; está catalogada bajo amenaza y ha sido objeto de estrategias de preservación de la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (CONANP).
Cristino Villarreal Wislar, director de la Reserva de la Biosfera Mapimí explica que en el proyecto se busca contar con tortugas de desierto que actualmente están en cautiverio, para desarrollar una unidad de manejo para su reproducción. Esto significa, acondicionar un espacio dentro de la reserva a fin de asegurar que la reproducción de éstas se desarrolle con éxito, manteniendo en control a sus depredadores hasta que las tortugas cumplan cierta edad.
Han trabajado en la localización del sitio ideal y en este 2020 se buscan seleccionar dos parejas de tortugas y garantizar que cuenten con agua y alimento suficiente, a fin de que su reproducción colabore en la repoblación de la Biósfera de Mapimí y su área de influencia. Acción de preservación de una de las especies más asombrosas de las tortugas terrestres norteamericanas.
Villarreal Wislar señala que en este momento no se conoce con exactitud la cantidad de tortugas de desierto que habitan en el área protegida de la Reserva de la Biósfera Mapimí, pero sí se sabe que existen 27 colonias de tortuga monitoreadas y que dentro de ellas habitan individuos de 1, 2, 5 y más años, lo que asegura que se siguen recuperando.
La última estimación en cuanto al número de tortugas del desierto en el área obedece a un estudio realizado en 2010, calculando entonces en toda la distribución de la reserva más su zona de influencia, un promedio de seis mil individuos, sin embargo es difícil hacer un cálculo actual ya las acciones se han encaminado a la actividad más urgente: la restauración de su hábitat.
Precisa que los proyectos de vigilancia y trabajos de restauración realizados en unión con habitantes y productores a la zona, permiten señalar que la especie está en buenas condiciones dentro del área natural protegida a su cargo.
La protección de la tortuga del bolsón que lidera la Reserva de la Biósfera Mapimí se realiza con un trabajo de asociación y colaboración con productores agropecuarios para mantener espacios de restauración y reproducción, quienes también suman en los procesos de vigilancia de su hábitat. Tortugas y vacas se alimentan de pasto y sin un trabajo de ordenamiento el hato ganadero entra en competencia con la Gopherus flavomarginatus, de ahí la importancia de la suma de esfuerzos logrados por esta área protegida.