Una nueva casa emociona y más si ésta es un nuevo infierno con cara de paraíso. Sin embargo, estrenar conlleva una gran responsabilidad, no sólo con los directivos, también con el fanático, o al menos así lo ve el mánager de los Diablos Rojos del México, Víctor Bojórquez.
"Estamos muy emocionados y deseando ya estrenarlo. Pero creo que nuestra llegada a esta nueva casa es un ingrediente extra, no una presión. Desde que yo llegué a Diablos Rojos en 1994, nos pidieron desde el primer día prepararnos para ser campeones y no solamente competir. Este año no será diferente", declaró a La Afición el timonel del la novena capitalina.
Con 25 años dedicados a los escarlatas, y con el orgullo de poder decir que como pelotero pasó por el Parque del Seguro Social y El Foro Sol y como manejador le tocó el Fray Nano y el Harp Helú, El Flamingo reconoció que la nueva casa del equipo no es como nada que haya visto en otro estadio mexicano y que incluso le compite a los de Grandes Ligas, pero que no dejará que eso afecte el funcionamiento del equipo que se está reforzando de cara al arranque de la temporada.
“Entrar al clubhouse, los vestidores, la zona de bateo pone la piel chinita de emoción, pero no hay que perder la meta de vista, por eso desde el primer día hablamos con los muchachos y les dijimos que tenemos que prepararnos para un campeonato más (el número 17). Estamos hechos para eso y más, y con los refuerzos que tendremos seremos uno de los equipos a vencer. Entiendo lo que sienten ahora con el nuevo estadio, pero pasada la emoción y ya pisando el diamante, tendrán que enfocarse en su trabajo”, explicó el exjardinero.
Dentro de los refuerzos que tienen programados para esta temporada que para Diablos arranca el 5 de abril, se encuentran la integraciones del venezolano Orlando Arcia y del estaduniense Alonzo Harris, aunque Bojórquez aún no tiene determinado si los Diablos elegirán cuatro lanzadores y tres bateadores o cuatro toletes y tres pitchers para cumplir con la cuota de siete extranjeros en el roster.
“La totalidad de los refuerzos aún no está definida, están en competencia. Eso lo pretendemos definir al final de la pretemporada, dependiendo de las necesidades que vaya mostrando el equipo, pero obviamente los cambios van enfocados a convertirnos en el rival a vencer. Nuestra meta está puesta en empezar la temporada sin lesiones y mantenernos sanos durante la temporada. De lograr eso, tendremos mucha oportunidad de ser campeones”, abundó el sinaloense, quien tuvo que lidiar con la frustración de quedarse en semifinales al caer ante los Guerreros de Oaxaca la temporada pasada.
Dispuestos a dejar en el pasado lo de la temporada 2018, Bojórquez reconoció que el cambio de estadio encenderá como gasolina la motivación del equipo, y más con los cambios en las gradas que permitirán que el fanático esté mucho más cerca de los jugadores, creando un gran ambiente.
“Es un estadio de primer mundo, con instalaciones muy cómodas para los muchachos y para los fanáticos. Me tocó estar en butacas desde diferentes ángulos y la verdad es que el juego se ve de maravilla. Lo que a mí más me gustó fue que el público estará al nivel del terreno de juego. Es un estadio que en una parte tendrá seguridad y en otra parte, al igual que en Grandes Ligas, estará totalmente al descubierto, y eso permitirá que los muchachos interactúen con la afición y eso también es muy importante”, explicó.
La meta para la novena escarlata es clara y Bojórquez no tiene empacho en dejar en claro que en su primer duelo bajo su nuevo techo, el 23 de marzo ante los Padres de San Diego, no solo quieren arrancar con el pie derecho, sino lanzar un mensaje claro a todos sus rivales de camino al título.
“Siempre lo he dicho, no le puedo asegurar a la afición el resultado del juego. Pero lo que sí puedo asegurar es que en cada momento del juego los muchachos van a salir a partirse el alma por el equipo y la afición que tanto los apoya en cada uno de los momentos”, finalizó.