Vicente Madero es mayor que su hermano Diego, infielder de los Piratas de Campeche. Nacidos en Arizpe, Sonora, y criados dentro de una familia beisbolera por pasatiempo, parecía escrito que ambos estuvieran de cierta manera relacionados a este deporte al crecer; sin embargo, de niños no imaginaron que serían la primera relación de hermanos en la historia de la Liga Mexicana de Beisbol como umpire y como jugador.
“Yo, al ser cuatro años mayor que Diego jugaba beisbol en el municipio y sabía que ya se acercaba la edad en que él iba a poder entrar al equipo a los 15 años. Dije ‘juega en la misma posición que yo, se me figura que me va a sentar, mejor voy buscando una alternativa a ver como sigo en este deporte sin el riesgo de que llegue alguien más y me siente’. Mis amigos me decían que era muy mandón, que quería tener la última palabra, así que junté ambas cosas y dije ‘¡me queda el umpire!’ Lo intenté a ver como me iba y descubrí que hay ciertas situaciones de presión y emoción que también siento al marcar jugadas. También me gusta el beisbol y también lo disfruto, tengo la mejor vista. Uno se da cuenta de la calidad de un buen batazo o atrapada” comenta Vicente para La Afición, al recordar el momento en que decidió no ser jugador, sino un umpire.
Con 11 años de experiencia en la LMB y Diego con siete como profesional, Vicente fue el encargado de aconsejar a su hermano menor al entrar a la liga: “Yo le dije que lo que iba a pasar con nosotros iba a ser complejo. Es la primera vez en la historia que pasa esto, ha habido padres e hijos, entrenadores con hijos de jugador, pero umpire y jugador no sabemos que haya existido. Sabíamos que iba a llamar la atención y le dije que iban a ser más observadores con nuestro trabajo, que era una oportunidad para nosotros”.
La Serie del Rey de 2018
Los hermanos Madero no crecieron siempre juntos pues Vicente se fue a los 11 años a estudiar al pueblo vecino y por la edad nunca coincidieron en secundaria o preparatoria. Tuvieron que aprender a maximizar el poco tiempo que tenían juntos. Vicente se enamoró del beisbol primero de vista y luego de empezar a practicarlo, mientras que para Diego pareció tratarse de un llamado natural “Desde que tengo uso de razón me gusta. Desde que empecé a caminar, mi primer regalo fue el uniforme de los Naranjeros de Hermosillo, siempre andaba con mi guante y bat. Cuando jugaba mi papá yo siempre estaba ahí ayudando. El beisbol siempre ha sido mi vida y ahora es mi forma de trabajo”.
Por supuesto con los años los hermanos han coincido en varios partidos, pero ninguno tan especial como la final de Yucatán contra Sultanes en 2018.
“Ese día fue muy emotivo porque era una Serie del Rey junto a él, ante estadio llenísimo, gran momento para toda la familia. Siempre que inicia un juego en que va a marcar mi hermano siempre nos damos un abrazo para desearnos suerte y bendiciones” recuerda Diego, mientras que Vicente detalla que tuvo que consultar a sus colegas sobre si aplicar la tradición del abrazo previo a un partido que tenía con su hermano ya que se trataba de una final y el otro equipo podía malinterpretarlo.
“Hubo opiniones encontradas. Unos me dijeron que sí lo hiciera otros que no, pero era una final, no sabíamos si nos íbamos a topar en otra ¿Por qué cambiar eso? Esa vez como siempre nos pusieron la música para el abrazo de los hermanos Madero, pero en las redes sociales por supuesto se hizo un escándalo"
“Fue al principio un tono negativo hasta que hubo jugadores en activo que hablaron bien de nuestro profesionalismo. Siempre va a existir ese margen en el que digan que lo ayude, pero tengo la mente tranquila y lo veo del lado cómico. Con once años en la liga muchos compañeros saben de la relación que tenemos y que soy estricto al trabajar” concluye Vicente.
En cambio, Diego asegura que es muy bonito tener a su hermano mayor trabajando en lo mismo, aunque hay cierta incomodidad por los comentarios “Yo se que él viene a hacer su trabajo profesionalmente, al igual que yo. Una vez escribí en redes ‘bendiciones hermano, échale ganas’, y muchas personas dicen que por ser mi hermano me ayuda, pero ¡jamás me ha ayudado, al contrario! A veces se siente incómodo porque siempre le gritan mucho a los umpire. Hasta mis propios compañeros de equipo le gritan a mi hermano, me da para abajo, pero ni modo que me ponga a pelear con ellos por defender a mi hermano, hay que aguantarse somos profesionales”.
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Respeto máximo
Vicente y Diego han coincidido en varios juegos y hasta el momento no han tenido altercados familiares por sus respectivos roles “Cuando recién firmé con un equipo profesional, con los Vaqueros de Laguna, mi hermano supo y lo primero que me dijo es ‘si algún día nos llegamos a encontrar en la Liga y me llegas a alegar cualquier cosa, no porque seas mi hermano te voy a hacer caso.’ Nunca le alego, todo ha estado bien” aclara Diego.
MGC