Son 97 años los que celebra la Liga Mexicana de Beisbol en este 2022 y en casi un siglo de existencia ha visto infinidad de peloteros talentosos, pero es altamente probable que Martín Dihigo sea un top 5 histórico en el circuito veraniego de nuestro país, incluso ganándose su apodo de Maestro e Inmortal... así de grande fue su influencia en el juego.
Fue un día como hoy, pero de 1906 que el serpentinero cubano vino a la luz en Matanzas, en el oeste de la isla. Comenzó su trayectoria como beisbolista profesional en 1922 cuando jugaba con El Habana en la Liga Cubana y partió al año siguiente a las Ligas Negras, en donde desarrolló su talento hasta 1936, aunque regresó por un breve tiempo en 1945.
El primer no hitter en México
Llegó a la Liga Mexicana de Beisbol en 1937 al firmar con los Rojos del Águila de Veracruz y desde ese entonces demostró su calidad como pelotero: el cubano es autor del primer juego sin hit ni carrera en la historia de la competencia… o por lo menos el primero del que se tiene registro.
Fue el 16 de septiembre de 1937 cuando el cubano trabajó las nueve entradas, recetó 15 ponches y se quedó cerca del juego perfecto, de no ser por un pasaporte regalado y un error.
“Dihigo no solo con su pitcheo llevó al Águila al triunfo sobre Nogales... sino que consumó la gran hazaña, glorificada en todas partes de tirar un match sin jit ni carrera. La anotación del juego fue de 4-0 y Dihigo no se dejó pegar un jit, ni asomo de él. Entendemos que es el primer juego sin jit ni carrera que se registra en la Liga Mexicana”, se publicó el 18 de septiembre de 1937 en La Aficion, con un encabezado contundente: “Dihigo dejó sin hit ni carrera a Nogales”.
Histórico en México
Dihigo fue una pieza clave dentro del bullpen de Veracruz, que conquistó el título de 1937 ante Agrario de México, que llegaba como campeón defensor. Los Rojos del Águila revalidaron el campeonato en 1938 (ganaron 40 juegos y perdieron nueve, con lo que consiguieron ventaja de seis juegos sobre el Agrario) y Dihigo se apuntó su mejor temporada con los jarochos, además de una de las mejores en la historia de la LMB, al terminar como líder en efectividad (0.90), victorias (récord de 18-2 y porcentaje de victorias de .900) y ponches (184), con lo que se convirtió en el primer lanzador en la historia de la Liga Mexicana de Beisbol en conseguir la Triple Corona de Pitcheo, pero también demostró su talento con el tolete, al ser campeón en porcentaje de bateo (.387).
Las marcas históricas también se escribieron en los libros de estadísticas: el 4 de junio de 1938, Martín Dihigo impuso récord con 22 chocolates de errados en el juego de los Rojos del Águila ante los Tigres de Comimtra, con 13 entradas de labor y una marca que sigue vigente en la actualidad.
Para 1942, ya con Unión Laguna de Torreón, Dihigo fungió como mánager y jugador, encaminándolos al primer título de su historia. En ese año, el cubano consiguió la segunda Triple Corona en su carrera, con 2.53 de efectividad, una foja de 22-7 (.759 en porcentaje de ganados) y 211 ponches repartidos. Es, a la fecha, el único jugador en la historia de la Liga Mexicana de Beisbol que ha ganado dos Triples Coronas de Pitcheo.
Su influencia en el juego es tal, que pertenece a los Salones de la Fama de Cooperstown, Cuba, México, Venezuela, República Dominicana y en el Mundial, en Canadá. El fin de semana, fue inducido al Museo de Beisbol de la Herencia Hispana en Miami, con lo que consiguió su séptimo reconocimiento en un recinto.
A pesar de que murió cinco días antes de cumplir los 65 años (20 de mayo de 1971), su influencia sigue vigente y se ganó su lugar como uno de los mejores lanzadores en la historia, además de uno de los principales responsables en los años dorados de la Liga Mexicana de Beisbol, como se puede ver en sus estadísticas de por vida: séptimo mejor de todos los tiempos en efectividad (2.84) y líder de ganados-perdidos (.676).
ZZM