Jaime Beltrán es una de las personas más conocidas y queridas en la casa de los Diablos Rojos del México, el Estadio Alfredo Harp Helú; aunque la mayoría lo conoce como don Jaime o El Sonric’s, y es que durante su hora laboral siempre está mostrando su mejor sonrisa a cada uno de los aficionados que asiste a este parque; sin embargo, hace un año este hombre vivió uno de los momentos más terribles en la Ciudad de México.
El vendedor de dulces en la casa de los Pingos viajaba en el metro que se accidentó cuando colapsó una parte elevada de la Línea 12, incidente que dejó un saldo de 26 personas fallecidas.
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“Yo subo al metro como a las 10 cuando salgo de allá (trabajo) y desgraciadamente nunca pensé que iba a pasar esa desgracia, pero gracias a Dios yo iba hasta adelante, si yo hubiera ido hasta atrás no la hubiera contado. Yo pensé que solo se había chispado donde jala la luz y no”, comentó don Jaime para La Afición.
El Sonric’s estaba preocupado por su hijo, ya que por lo regular se subía en la parte trasera y “al momento que sentí el jalón no abrían las puertas, se estaba quemando, dije ‘me voy a aventar, yo no me voy con ellos’, pero gracias a Dios se abrieron las puertas”
“Iba agarrar el pesero y cuando vi el metro colgado: ‘¡Mi hijo, mi hijo!’, buscaba yo a mi hijo, no podía ni sacar el celular para marcarle”, pero por fortuna su hijo había tomado un metro antes del que se accidentó la noche del 3 de mayo.
Jaime narró este episodio como un momento “feo”, observó a todos los heridos, cómo sacaban a las personas a través de unas escaleras y aunque quería ayudar, lo único que quería era llegar a casa, donde su esposa – quien está enferma del corazón – lo esperaba, porque le habían comentado que su cónyuge viajaba en este metro.
Por el shock de lo que estaba viviendo, el señor Jaime fue revisado en una de las ambulancias que se encontraban en el lugar para auxiliar a los heridos, al momento no sintió ningún malestar, sino que fue hasta el día siguiente cuando le dio un dolor en la columna, por lo que fue al médico y de ahí lo mandaron a “Salto del Agua, después al doctor”, y le dieron dos años de rehabilitación: “Gracias a Dios estoy aquí, todavía en pie de guerra”. Para llegar a su casa tuvo que caminar por aproximadamente un kilómetro para poder tomar un camión.
“Volví a nacer, es lo que le doy gracias a Dios. Mucha gente me quiere, me abrazan. Gracias a Dios estamos en pie todavía; por eso ya no cargo y me quedo en el puesto, porque quedé un poco mal”.
“No se olvida”
Ha pasado un año de este hecho lamentable en la capital del país, entre las estaciones de Olivos y San Lorenzo Tezonco de la Línea 12, y Jaime hizo hincapié que volvió a nacer, pues cuando pasa por este sitio le entra una gran tristeza, ya que se colocaron fotos de las personas que fallecieron.
Homenaje al Sonric’s en el Estadio Alfredo Harp Helú
Jaime Beltrán tiene 37 años trabajando en los estadios en los que han jugado los Diablos Rojos del México, desde el Parque del Seguro Social, donde ha visto gente ir y venir, pero todos le han mostrado su cariño, incluso la novena escarlata que previo a la pretemporada fue el encargado de lanzar la primera pelota en un juego ante los Guerreros de Oaxaca.
“Sentí muy bonito”, expresó don Jaime, quien no creía el homenaje que le rindieron en el Estadio Alfredo Harp Helú por ser parte de la historia de la novena escarlata.
Ahora, el Sonric’s seguirá disfrutando de vender sus dulces en el AHH, lugar en el que es querido por los aficionados de los Pingos, de los cuales muchos vio crecer a los largo de estos años.