Todos hemos pensado alguna vez redactar una carta a una persona especial. La mensajería instantánea y la cultura de la inmediatez nos han alejado de escribir cartas a puño y letra. Aunque mandar cartas de amor parezca algo antiguo, nunca dejarán de ser un bonito detalle que a todos nos gusta recibir. Basada en mi experiencia con el manejo de las letras, te comparto 7 consejos para que escribas tus propias cartas de amor y sorprendas a esa persona que tanto quieres.
1. Expresa de forma sincera tus sentimientos
A veces tememos sincerarnos y mostrar nuestros verdaderos sentimientos y por ello callamos palabras. Mi consejo es que si ya decidiste escribir una carta, abras tu corazón y no te guardes lo que realmente deseas expresar. Un buen ejercicio es escribir la carta pensando en que es solo para ti, que nadie más la leerá; si te sinceras primero contigo misma será más fácil compartir después esos sentimientos con el otro.
2. Lee mucha poesía
No es un secreto que para escribir bien primero hay que leer mucho. A través de la lectura de poesía podrás encontrar tu propia voz poética, aprender técnicas retóricas e inspirarte para escribir tus propios versos.
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3. Aprende de los maestros de las cartas
¿Sabías que el gran escritor Juan Rulfo conquistó a su novia a través de cartas de amor? Sí, como lo oyes. La historia de amor entre Juan Rulfo y Clara Aparicio se dio a base de cartas debido a la distancia que les impedía verse. Él vivía en la Ciudad de México y ella en Guadalajara, su único contacto era mediante palabras. La editorial RM y la Fundación Juan Rulfo publicaron una compilación de 84 cartas que Rulfo escribió entre 1944 y 1950, en el libro Cartas a Clara. A continuación reproduzco un fragmento de una de mis favoritas:
Méx. d. f. a 3 de junio de 1947
Criatura:
Tu regañada estuvo muy buena, pero no me dolió. Al contrario, me puse muy contento. Y es que tú sabes regañar a uno de un modo que me gusta mucho. ¿Qué quieres que haga? Eres, ya te lo dije hace muchos años, como el aire de las colinas, que golpea con golpes suaves y llenos de cariño. Con todo, sigues siendo el vivo diablo: flaquita ella y toda debilidad, pero no se le pasa nada, no se le va una.
Tu carta llegó cuando acababa de salir el sol después de muchos días nublados (siempre está nublado cuando no recibo tu carta). Hacía ya un mes que estaba lloviendo, de ese modo tan silencioso con que llueve aquí en tu tierra. Y al fin, esta buena tarde en que llegó tu carta, se abrió el cielo y apareció un solesote muy grande. Luego tú acabaste de alegrar más el día y la noche. Pues yo te lo dije otra vez, también hace muchos años, que eras la pura y viva alegría de los días de la vida.
Aquí, entre nosotros, y sólo te lo digo a ti, que si no fuera por el ánimo y el aliento que tienen tus cartas, esos adorados pensamientos tuyos, me sentiría más desdichado de lo que me siento.
Tu muchacho se ha seguido portando bien y créeme que a veces quiere ponerse desordenado, pero entonces yo le hablo de ti. Le platico de esa cosita hermosa que tú eres y le enseñó el retrato tuyo, ese donde tus ojos son tus ojos y donde pareces estar mirando alguna nueva aparición de la Virgen. Bueno, eso hago, y a él se le olvidan sus malos pensamientos y se porta decentemente. Sí, lo que sea, se ha portado bien hasta ahora, y te quiere más, y cada vez está más loco por ti.
Dice que el amor que te tiene le llega más fuerte por momentos. Y que esos momentos son interminables. Dice que le llega en oleadas, una tras otra, sin que se consuma ese enorme cariño que le tiene a su mujercita.
Ese es su estado, pero tú y yo sabemos, chachinita chula, que su estado no cambiará sino hasta que se muera. La cosa está en que él no quiere morirse, no, tu muchacho está más terco por vivir, ahora que sabe que ha conocido por quién es bonita la vida.
[…]
Salúdame a esas manos tuyas, a esos ojos tuyos, a esa boquita tuya, a esa alma que quiero tanto. Y a esa mamacita tan buena que tú tienes. Y a tus sísters.
Y tú, chiquitina fea, recibe todos los pedazos de mi corazón para que lo compongas y me lo guardes muy bien guardado junto al tuyo tan querido. xxxx Juan xxxx
4. Agrega detalles personales
Una buena carta siempre va acompañada de guiños que solo comprenden sus interlocutores, es decir, esa palabra que les recuerda un momento especial o esa forma particular de llamarse entre ustedes. Incluir detalles concretos que solo ustedes conozcan le da mayor intimidad a la carta.
5. Conoce más sobre el género epistolar
¿Sabías que existen libros que cuentan una historia por medio de cartas? Un clásico del género epistolar son las cartas de amor entre Abelardo y Eloísa. Esta no es una simple historia de amor medieval sino una alabanza a la sabiduría, un amor imposible que trasciende a través de reflexiones sobre temas como: la vida, el amor, la virtud y el todopoderoso.
6. Cuida las formas
Cada texto tiene una estructura y las cartas también. Estos son los elementos básicos que debe llevar un carta:
- Lugar y fecha para nunca olvidar el momento en el que la escribiste.
- Saludo. Si es una carta de amor intenta que sea una cálida entrada y menciona el nombre de esa persona o usa tu creatividad y escribe el saludo en otro idioma. Por ejemplo: “Querida Clara”, “Mi muy amada princesa”, “Mon chérie amour”.
- Cuerpo. Todo el contenido central.
- Despedida. No olvides recordarle lo mucho que le quieres antes de concluir con la despedida.
- Firma. Yo además de firmar la carta a veces incluso me pinto los labios y dejo una marca de mis labios, como un beso; algunas otras personas perfuman la carta, tú puedes encontrar algún detalle especial que te identifique.
- Posdata. Saca tu lado más tierno y finaliza la carta con una frase que le haga sonreír.
7. Envíala
No te quedes sin enviarla. Prepara el sobre y las estampillas. Generalmente enviar una carta es muy económico y sorprenderás a esa persona cuando vea que el cartero ha dejado algo en su buzón.
Pues bien, estos fueron mis consejos para escribir cartas de amor. Ahora es momento de que los pongas en práctica y sorprendas a esa persona que tanto quieres.
Twitter/Instragram: @marielyplas
María Elizabeth NuñoMaría Elizabeth Nuño es Licenciada en Letras Hispánicas por la Universidad de Guadalajara y Máster en Estudios Literarios por la Universidad Complutense de Madrid. Ha sido docente de análisis y argumento. Ha participado como ponente en congresos internacionales de literatura y ganado concursos de escritura en México y España. Sus líneas de investigación giran en torno a la ecocrítica, literatura de viajes y escrituras de la intimidad. Actualmente trabaja en comunicación política.