Algo que nadie me contó sobre emprender fue cómo iba a cambiar mi disponibilidad de tiempo. En este estilo de vida no hay jornadas tradicionales de ocho horas. En ocasiones, hay que trabajar todo el día mientras que, en otras, hay flexibilidad para tomarse un descanso. Alrededor de mi tiempo de trabajo siempre ha habido una creencia: día no trabajado, día no cobrado.
Y entonces, llegó la maternidad y sus demandas de tiempo.
La primera vez que me hice consciente de esto fue cuando la hija de mi esposo vino a vivir con nosotros, hace tres años. De pronto, tuve que hacer una pausa en mi jornada de trabajo que casi siempre estaba llena de citas con clientes y con mi equipo, para involucrarme en algo desconocido y abrumador. El ritual de la escuela primaria era algo que no había vivido.
Fue entonces que me di cuenta de la complicadísima labor que tiene una mamá que trabaja y emprende. ¿Cómo asignar las horas? ¿Cómo coincidir en los tiempos con las obligaciones del negocio? ¿Cómo darse tiempo para crecer? ¿Cómo hacer todo lo anterior sin descuidar a sus hijos?
Estos pocos años haciendo malabares entre las juntas de la escuela, las tareas, la comida y también el liderazgo de mi empresa me despertaron una profunda empatía con todas las madres que están al frente de un negocio. Ahora que espero a mi bebé, he aprendido a sortear mi disponibilidad de una forma que jamás imaginé. Los malestares de mi embarazo se contrapusieron con mi, ya de por sí, complicada agenda y tuve que aprender también a darme tiempo.
Estas son tres cosas que me han ayudado a salir victoriosa en esta aventura y que te quiero compartir.
Establecer prioridades
Lo más importante para lograr sobrevivir a este reto ha sido aprender cómo establecer y ordenar mis prioridades. Cuando todo urge, nada se concreta. Por eso me ha sido fundamental tener un punto de partida y elegir las cinco cosas a las que cada día le voy a dar prioridad.
Usualmente anoto en una hoja todas las cosas que quiero hacer o tengo pendientes. A partir de ahí, selecciono las más importantes para después, elegir las cinco que voy a abordar ese día. Incluyo todas las áreas de mi vida en esa lista, no solo el trabajo.
¿Por qué me ha funcionado? Trabajar con metas cortas y alcanzables es mucho más fácil que con objetivos abrumadores. Ir viendo cómo se cumplen las cosas que me propuse me ayuda a enfocarme y a ser más productiva sin descuidar mi faceta de mamá.
Llevar un calendario o agenda
Toda la vida he estado acostumbrada a llevar una agenda, desde que iba en la escuela. Es un hábito que me ha ayudado a organizar mi día y a entender que no necesariamente tengo que asignar todo de un solo golpe.
Hay días en los que me he acomodado mejor trabajando un par de horas en la noche y pude cumplir con algunos compromisos personales. Otros, en los que madrugar se convierte en mi mejor aliado. Creo firmemente que una emprendedora sin agenda o calendario es la mitad de productiva.
¿Por qué me ha funcionado? Me da la flexibilidad para poder ir al festival de la escuela o de dormir una siesta sin dejar de atender a mis clientes, de hacer la comida o bien, de entregar un proyecto. Además, me da un panorama de cómo pinta cada día y semana, para no asignar actividades de más.
Una red de apoyo
Insisto a este tema. Para cualquier emprendedora es importante contar con alianzas que le permitan descargar algunas de sus actividades. Sin embargo, para una mamá emprendedora es fundamental.
Muchas veces toco base con mi esposo para repartirnos tareas de la casa. En ocasiones, solicito recomendaciones en grupos de Facebook. A veces, le pido a mi familia apoyo para cosas que quedan fuera de mi control. Además, he aprendido a delegar más en mi empresa. Y así, se ha ido construyendo mi red.
¿Por qué me ha funcionado? Trabajar en equipo es más fácil y me ha ayudado a llegar más lejos. Emprender también significa saber crecer en colectivo.
¿Has intentado alguna de estas estrategias? ¿Tienes otra que pueda funcionar? Compártela y hagamos una red más amplia.
Laura Ramírez Delgado
Laura es emprendedora en industrias creativas desde hace 12 años, especializada en marketing digital. Fundó Funkrea Comunicación Creativa. Desde hace más de una década es profesora universitaria. Da clases de Emprendimiento en el Tecnológico de Monterrey y de Comunicación Digital en la UNAM. Tiene un MBA por EGADE Business School y es licenciada en Ciencias de la Comunicación por el Tecnológico de Monterrey. También es madrastra y futura mamá.
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