Cabezas de Cera y El Alicia: historia entrelazada

El Ángel Exterminador

El próximo sábado 16 de junio, el grupo regresa al Alicia para ofrecer un concierto conmemorativo por sus 20 años de grabaciones y a tal efecto llevarán a cabo el registro de un álbum en vivo.

Cabezas de Cera. (ESPECIAL)
CdMx /

Por David Cortés

La historia oficial cuenta que en diciembre de 1995 nació Agnus Dei o Las Cabezas de Cera (CDC). Al año siguiente dieron su primer concierto en el Foro Alicia y comenzó un periplo que los llevó a alternar con algunas de las principales bandas del momento (La Barranca, Real de Catorce, Arturo Meza, Nina Galindo, entre otros) y a ganar proyección.

En el camino, la embarcación se ha aligerado, soltado lastre y desde 2012 lo que fuera un trío y en alguna ocasión hasta un octeto, pasó a convertirse en dueto integrado por los hermanos Sotelo: Francisco (batería y electrónicos) y Mauricio (stick y otros instrumentos de cuerda).

El próximo sábado 16 de junio, el grupo regresa al Alicia —en realidad nunca han abandonado el lugar— para ofrecer un concierto conmemorativo por sus 20 años de grabaciones y a tal efecto llevarán a cabo el registro de un álbum en vivo. Para el percusionista, el logro más importante en estas dos décadas de trayectoria ha sido construir “una historia visible en la discografía. Editar primero un demo autogestivo, llegar al Alicia y tener el apoyo para mejorar ese demo, luego en el 2000 sacar nuestro primer disco compacto para poder dar un salto hacia la escena nacional. Somos una agrupación netamente independiente; nuestra gran conquista es esa: hemos conquistado nuestra libertad”.


No obstante los cambios de alineación registrados en su trayectoria, el baterista cree que nunca ha habido un momento de crisis que haya puesto en peligro la continuidad de la banda: “Todo ha sido una aventura y los momentos difíciles nos enseñaron a dar más, a replantear las cosas. En la vida todos tenemos nuestras crisis y como banda no ha pasado algo así, porque si no, no seguiríamos con ganas de hacer esta música. Lo que si es desilusionante es que no haya un gran apoyo en los circuitos culturales hacia la música”.

La primera grabación de CDC fue un casete que reproducían uno a uno y cuya portada fue fotocopiada; luego de esa incursión El Alicia ofreció su apoyo para darle a esa cinta una producción más industrial. Después apareció su primer CD homónimo, el cual venía dentro de una caja de cartón con un rompecabezas. Ahora la discografía de la banda llega a las nueve producciones, todas siempre con atractivas cubiertas que las convierten en objeto de colección.

Francisco Sotelo no tiene duda cuando afirma que a todos sus álbumes los quiere igual, pero es categórico al señalar que “el más ansiado es el que está por venir. El hacer ahora un disco en vivo en el Alicia es más que significativo, es un refrendo de nuestra historia, nuestra música, el lugar de donde venimos, es como contar una historia después de 20 años con los mismos personajes, pero con más experiencia”.

Prosigue el percusionista, quien además es constructor de instrumentos. “Es un recuento de la música de CDC y tiene que ver con los personajes que nos han apoyado como Edgar Arrellín, porque conocerlo nos transformó e hizo que la música cambiara porque yo en lo personal no conocía las percusiones electrónicas y si Mauricio pudo tener un stick fue gracias a él (Arrellín conoció a CDC en el Alicia, primero les ayudó a comprarse nuevos instrumentos y luego se encargó de producirlos. Desde entonces funge como su ingeniero de sonido). Haremos temas que ya son clásicos en la historia de la banda, algo nuevo de la película México industrial, que es uno de los proyectos más grandes que ha hecho el grupo, en sonido 5.1, musicalizando una película mexicana de 1923, una producción de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla que se va a editar en CD + DVD y un libro”.

Aunque habituales del lugar, para los hermanos Sotelo tocar en el sitio que los ayudó a crecer y proyectarse todavía resulta emocionante. Dice Francisco: “Queremos compartir una historia, regularmente en los conciertos no me gusta hablar, lo que quiero es tocar y que suene la música, pero ese día si me voy a dar chance de contar anécdotas, muchas cosas padres que la gente no sabe, muy íntimas. Encontré una copia del casete de 1995 aún cerrada y la vamos a rifar a quienes compren sus boletos de preventa”.  

Y concluye: “El Alicia es un lugar en el cual siempre suceden cosas cuando la gente se conecta con la música, además es como llegar a un lugar donde consideras a todos familia, aunque el personal ya ha cambiado. Vamos a mirarnos luego de 20 años y a seguirnos automotivando porque en esto de la música si no tienes la voluntad y la motivación no sucede nada”.

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