“Lo único que no cambia, es el cambio”.
Heráclito de Éfeso
Millennials aún no descubren quién los descubrió
“Nazco, luego existo”, piensa un millennial al descubir que es un millennial (antes, solo era una persona joven como cualquier otra). Empezó a ser tal cosa hasta que lo catalogaron. ¿Quién lo nombró así? Probablemente, la misma inteligencia anónima que inventa los chistes, los rumores, los memes. Quizás los creó Dios, otro millennial, algún ente de la Generación X, un baby boomer o un baby shower.
Millennials descubren el último grito de la moda
Comerciantes, publicistas, psicólogos, diseñadores, productores de medios audiovisuales, sociólogos y profesionales de las Ciencias de la Comunicación, constantemente inventan formas “distintas” culturales, acentuando la novedad de determinada cosa (incluso han existido artistas que se han dejado fascinar por la novedad, como los futuristas italianos de principios del siglo XX, adoradores de las máquinas; o los contemporáneos mexicanos de mediados del siglo XX, que se volvieron fans del arte extranjero, en una época marcadamente nacionalista).
El truco de hoy consiste en publicar un artículo tipo: “La nueva costumbre de…”, “¿Has hecho tal cosa? ¡Quizás no seas el único!”, “La moda que está causando furor”, etc.
Sin importar si la información sea verídica (quizás sean novedades fake), o si realmente los millennials se adjudiquen tales prácticas, la idea es atraer el morbo del público, para enterarse de cuál es la nueva mamada que inventaron los millennials; para practicarlas, burlarse o enojarse.
Millennials descubren la brecha generacional
Pascal Bruckner, en La tentación de la inocencia, señala cómo la gente nacida en el siglo XX idealiza a la juventud, con todo y sus defectos: la falta de compromisos, la rebeldía sin causa y la incesante búsqueda de la gratificación sensual. Por ello no es raro que millennials y chavorrucos, por igual, quieran estar del lado de la chaviza que se opone a la momiza (términos anacrónicos que puse deliberadamente).
Adolescentes y adultos portan playeras de rock, suben a las redes sociales fotos exhibiendo sus bebidas alcohólicas y adoptan poses retadoras.
Sin embargo, los auténticos millennials, inusitadamente se presumen ecologistas, veganos, espirituales, feministas, sanos (capaces de hacer yoga, ejercicio y fiestas sin drogas ni alcohol), son políticamente correctos (hasta rayar en una preocupante ausencia de sentido del humor) y muestran una irritante ingenuidad, sobre todo cuando creen que han descubierto el hilo negro.
Es así como los auténticos rucos caen en la provocación, se les sale la etiqueta Chemise Lacoste y echan pestes de los jóvenes de hoy.
Millennials descubren el sitcom
La comedia de situación es un género televisivo estadunidense, cuya producción de series, normalmente tiene un ciclo de dos épocas consecutivas: una irreverente, seguida por una fresa. Normalmente cada época dura una década, por lo que los nacidos después de una etapa, creen que la siguiente significa una nueva tendencia.
Lo que no cambia es el gusto por decirle sitcom a la comedia de situación, ya que en México, el inglés presupone una condición más trending, más cool (algo que viene desde los años cincuenta, cuando Tin Tan importó el lenguaje pachuco de la frontera norte).
Ahora a la homosexualidad masculina se llama brojob, la comida balanceada: flexiteriana, chopear el pan: breading, fajar: petting, irse de las fiestas sin despedirse: ghosting, echar la hueva el fin de semana: nesting, y así, un chinguing de nuevas palabrejas para redifinir viejos conceptos.
Qué no han descubierto los millennials
Mi amigo Fernando Rivera Calderón, quien entre otras cosas es músico de rock, descubrió al la banda The Who (que data desde los años sesenta), apenas la década pasada. No es que no supiera su existencia, sino que nunca se había tomado la molestia de escucharla (y le encantó).
La virginidad no es exclusiva del sexo, se pierde cada vez que se descubre algo nuevo.
Un millennial que descubre que existe un nuevo lugar de moda, donde tienen la nueva costumbre de rezar frente a un sacerdote y está causando furor los domingos, no es muy diferente al anciano que descubre que los testículos de toro pueden comerse y saben deliciosos.
Los millennials no han descubierto que los adultos que los critican por buscar toda la información en la Wikipedia, hacen exactamente lo mismo (como yo, que saqué de allí toda la información para escribir este artículo).