EL ÁNGEL EXTERMINADOR
Jorge Flores-Oliver 'Blumpi'
Queríamos salirnos estando fuertes. Cerrar la producción mientras a la gente aún le gustara el show y sus personajes". De esta manera expresó Dan Povenmire el anuncio del final de la caricatura de la que es cocreador —junto a Jeff "Swampy" Marsh—: Phineas y Ferb.
Luego de cuatro temporadas —que dieron inicio en febrero de 2008— compuestas por 126 capítulos, en los que transcurren 103 días de vacaciones, el equipo creativo tuvo la rara oportunidad de darle un cierre a su proyecto, sin necesidad de alargarlo indefinidamente. Las aventuras de Phineas Flynn y Ferb Fletcher habrán transcurrido, así, dentro del tiempo de unas vacaciones de verano, la cual es la premisa del show y su tema musical. El capítulo 104, llamado simplemente "El último día de verano", fue transmitido este 21 de junio en Latinoamérica (nueve días después que en Estados Unidos) y en él pasa lo que vimos en la caricatura capítulo tras capítulo, sin falta:
Phineas y Ferb construyen un aparato con el que ellos y sus amigos puedan divertirse.
Como siempre, Candace intenta que su mamá —llamada Linda— por fin agarre con las manos en la masa a los medios hermanos Phineas y Ferb.
El Doctor Heinz Doofenshmirtz construye a su vez un aparato para detener al Agente P —Perry el Ornitorrinco— en su intento por dominar el Área Limítrofe.
Candace no logra que la madre de Phineas los descubra.
Solo que todo se sucede de manera recargada. El aparato que construyen los niños es en realidad un parque de diversiones completo, pues la diversión debe ser épica en el último día del verano. La aventura final es un loop en el que los personajes viajan al pasado una y otra vez. Los acontecimientos se van reconfigurando debido a una rasgadura en la tela espacio-temporal, provocada por Candace luego de usar el Repetidor-inador de Doofenshmirtz, máquina que permite repetir el día para rehacerlo, pero que tiene efectos como que los días se vayan acortando gradualmente y personas, animales y objetos desaparezcan de la realidad. Una versión caricaturizada de Groundhog Day, la película de 1993 protagonizada por Bill Murray y Andy MacDowell, en la que éste revive el Día de la Marmota una y otra vez, creando un sinfín de posibilidades, solo que en este caso, la acción se desarrolla en Danville, en vez de en Punxsutawney, Pensylvania. La idea de ponerle un fin a la serie llevaba rondando la cabeza de sus creadores desde hace un par de años, pero fue la idea de recrear Groundhog Day la que cerró el círculo de la manera correcta.
Este capítulo final rompió récords de audiencia en Estados Unidos. Antecedido por un maratón de 73 horas en el que se transmitieron todos y cada uno de los capítulos que conforman la serie, así como de los cinco especiales de una hora y la película Phineas y Ferb: A través de la segunda dimensión, atrajo a 1.4 millones de televidentes, el número más alto en la historia de Disney XD. En Latinoamérica se presentó en el marco del llamado Perrycalipsis.
Hoy va a ser un gran día
"Es decir, no habrá escuela por tres meses. Nuestras vidas deberían de ser una montaña rusa. Y me refiero a una buena, no como a la que nos subimos en la Feria del Estado" —Phineas, en el capítulo 1 de la serie.
Phineas y Ferb se las ingeniaron para hacer menos aburridas las vacaciones de verano durante siete años. 103 días en los que hemos visto desfilar sus grandes ideas, que lo mismo son maquinarias que acontecimientos estrafalarios. De la montaña rusa del primer capítulo —llamada The Coolest Coaster Ever— al gigantesco aparato del último capítulo y que es la suma de todo lo que han inventado a lo largo de la serie, hemos visto cómo esculpen la cara de su hermana Candace en el monte Rushmore, recrean la guerra de Troya, construyen un tablero gigante para tirar dardos, inventan un traductor de lenguaje animal, arman un avión gigante de papel maché y logran crear un teletransportador.
Paralelamente, el Dr. Doofenshmirtz ha ideado aparatos para lograr su objetivo de dominar el Área Limítrofe y detener a su némesis, Perry; varios de los aparatos terminan con el prefijo inador: el destructinador, el cámara-lentainador, el bailainador. Todos poseen un botón de autodestrucción que es esencial para el desarrollo o conclusión de las aventuras.
Con el final de Phineas y Ferb se termina también una caricatura atípica en el universo Disney, en la que no son la magia, la dulzura y la belleza las que resuelven los conflictos. Esta producción, ideada dese 1995 y puesta en marcha 10 años después, está desprovista de cinismo y negatividad, no subestima la inteligencia de sus televidentes, promueve la actividad física, la curiosidad y la inventiva (sin por eso resultar ñoña). Tiene el ritmo frenético necesario en estos tiempos para captar la atención, desde luego, pero incluso la violencia que se ejerce en los capítulos no tiene como motivación la maldad. Por ejemplo, Misión Marvel, el crossover en el que conviven los personajes de la caricatura con algunos de los héroes más importantes del Universo Marvel —Spiderman, Thor, Hulk, Nick Fury y Hulk— arranca con Phineas, Ferb, Isabella, Baljeet y Buford practicando "surfeo estelar" sobre olas de meteoritos. Se trata de aventuras y diversión.
El objetivo no son los niños, sino el público en general, de ahí que el show haya encontrado fans entre un público adulto que usualmente no vería caricaturas provenientes de Disney. "Puedes hacer un programa sin ser mezquino, lleno de patanes e idiotas, meter grandes palabras y está bien. Puedes tocar música clásica, folk, rock n' roll y rap y los niños lo entenderán. Hay que dejar de bajarle el nivel al asunto", explica Jeff Marsh.
¿Qué sigue?
Ahora habrá que esperar al estreno de The O.W.C.A. Files, capítulo spinoff de la serie donde el protagonista es Perry como el Agente P y es acompañado por los demás agentes animales, así como de la nueva caricatura de Marsh y Povenmire: Mikey Murphy's Law, que será lanzada en 2017.