Un amor de Janis

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Grupo editorial diverso que abarca diferentes temas y formatos. La calidad periodística y la diversidad de contenidos son aspectos que definen a las editoriales de Milenio.

Country Joe & The Fish pertenece por su gran calidad musical a esta constelación de grupos californianos.
La producción musical de Country Joe & The Fish posee la calidad suficiente para estar al nivel de esos monstruos californianos que son The Doors, Gra
El sonido, ¿podía ser de otro modo?, pertenece a la psicodelia.
Ciudad de México /

EL ÁNGEL EXTERMINADOR

Silvia Herrera


Sin la fama de The Doors, Grateful Dead o Jefferson Airplane, Country Joe & The Fish pertenece por su gran calidad musical a esta constelación de grupos californianos. Sus dos primeros discos aparecieron en el año de las maravillas que fue 1967.


Participante en dos de los festivales de rock fundamentales de la década de los sesenta del siglo pasado —Monterey (1967) y Woodstock (1969)—, al grupo Country Joe & The Fish se le recuerda especialmente en este último porque al grito de “¡Marijuana!” comienzan y terminan su interpretación de la meneada “Rock and Soul Music”. Más tarde, su líder Country Joe McDonald se chuta como solista la que quizá sea la canción contra la guerra de Vietnam más conocida: “I-Feel-Like-I’m-Fixin’-to-Die Rag”. En la versión original en estudio comienza con “Dame una F/ Dame una I/ Dame una S/ Dame una H/ ¿Qué dice?/ FISH/ ¿Qué dice?/ FISH/¿Qué dice?/ FISH/”; en Woodstock, Country Joe lo transforma en:”Dame una F/ Dame una U/ Dame una C/ Dame una K/ ¿Qué dice?/ FUCK/ ¿Qué dice?/ FUCK/¿Qué dice?/ FUCK/”, es decir, “A la chingada” (obviamente el gobierno y la guerra). Y cuando le reclama al público que no es posible que 300 mil personas que quieren detener la guerra canten tan bajito y los arenga a cantar más fuerte, es inevitable no sentir esa vibra propia de los utópicos sesenta.

Formado en 1965 en Berkeley, California, ciudad que se volverá famosa porque su universidad formó parte de las revueltas estudiantiles de 1968, la producción musical de Country Joe & The Fish posee la calidad suficiente para estar al nivel de esos monstruos californianos que son The Doors, Grateful Dead y Jefferson Airplane. El grupo estaba formado por Country Joe McDonald (voz, guitarra), Barry Melton (voz, guitarra), David Cohen (guitarra, órgano), Bruce Barthol (bajo, armónica) y Gary Chicken Hirsh (batería). Como ya se apuntó, el grupo participó en el Monterey Pop Festival; en el documental que filmó D. A. Pennebaker aparecen tocando las piezas “Not So Sweet Martha Lorraine” y “Section 43” de su primer disco Electric Music for the Mind and Body. El sonido, ¿podía ser de otro modo?, pertenece a la psicodelia (“Section 43”, como puede constatarse en la película, invita a escucharla con una dosis de LSD).

En esos días, Country Joe McDonald conoce a la que antes del festival de Monterey era una completa desconocida y que después de él comenzó su carrera a la fama y a la autodestrucción: Janis Joplin (y en ese camino no solo estuvieron presentes el alcohol y las drogas, sino también malos amores como Leonard Cohen y, al final, Kris Kristofferson). Como le contó al inge Navarro en los setenta, periodista musical que vivía en Chicago (la plática apareció en la revista Pop), se conectaron un día luego de que él estuvo “haciendo aceites”. Echándole romanticismo al asunto y ya muerta La bruja cósmica, Country Joe queda como su amor mas neto. La separación curiosamente no tuvo que ver con drogas, sino que a él le resultaba difícil estar yendo y viniendo de Berkeley a San Francisco, además de las apretadas agendas de sus grupos. En su segundo disco, I-Feel-Like-I’m-Fixin’-to-Die, que apareció a finales del 67, hay otra inclinación de Country Joe: la política; sobre todo se hace evidente en el tema epónimo. Citemos unas estrofas: “Bueno, vamos generales, actuemos con rapidez/ Su gran oportunidad ha llegado por fin/ Ahora pueden salir y atrapar a los rojos/ Porque el comunista bueno es el que está muerto/ Y ustedes saben que la paz solo se puede ganar/ Cuando hayamos mandado a todos al otro mundo// Y es uno, dos, tres/ ¿Para qué estamos peleando?/ No me preguntes, me vale gorro/ La siguiente parada es Vietnam/Y es cinco, seis, siete/ Abran las puertas del cielo/ Bueno, no hay tiempo para preguntarse por qué /¡Viva! todos vamos a morir”.

En el extremo se encuentra la bella canción que le dedicó a la intérprete de “Piece Of My Heart”, que obviamente lleva su nombre, lamentando que no la hayan armado. Citamos la parte final en una veloz versión:


No es común que algo especial suceda

Y tú fuiste algo especial para mí

Y paseo en la hierba donde rodamos y reímos a la luz de la luna

Me encuentro conmigo pensando en ti y en mí, en ti y en mí, en ti...


A mis ojos llegan visiones de adornos

Veo dibujos de su imagen

Llega a mi mente el olor de su pelo

El sonido de su voz —una vez estuvimos allí


Y aunque sé que tú y yo

Nunca podríamos encontrar la clase de amor que queríamos juntos

Me encuentro solo extrañándote a ti y a mí, a ti y a mí.

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