Soñamos con una vida perfecta... pero estamos jodidos

Se Puso Buena

Fer Aragon

Soñamos con la vida perfecta… y sólo conseguimos depresión y estrés
Fer Aragon
Buenos Aires, Argentina /

El otro día escuchaba una canción que, aunque suene un poco cursi para algunos, a mí me encanta. Decía algo así: “no es tan difícil que aprendas a volar…”, y me pregunté ¿Cómo se aprende a volar? ¡Volando!

Si quieres ser un gran chef y te compras un libro de alta cocina, te lo lees todo. ¿Ya con eso eres un gran chef? Estaría genial, ¡pero no!

Ve a la cocina, enciende los fuegos, prueba los ingredientes, consigue los que no tienes, quémate los dedos, que se te quemen los primeros platos y sigue insistiendo hasta que te quede un manjar. Bueno, en eso de vivir la vida, es igual.

Hace 20 años empecé, por casualidad, al menos eso creí en ese momento, este camino de explorarme, conocerme, de aprender, de estudiar acerca de mi comportamiento y del ser humano (superhéroes e illuminati abstenerse de seguir leyendo) y sigo en eso, aún con más preguntas que respuestas.

Muchos años de estudio, de grandes maestros, de recorrer distintos salones, de fracasos y levantadas; de leer, practicar, de no entender, de enojos, de ganas de tirar la toalla y de celebraciones; de emociones a flor de piel y de lágrimas retenidas por tanto tiempo.

Y después de tanto tiempo, entrenamiento, de miles de seres humanos que tuve el privilegio de conocer y entrenarme junto a ellos, en distintas ciudades, países diversos, culturas, tantas historias, tanto dolor, tantas preguntas, tantas lágrimas de tristeza y de alegría, tanta celebración, tanto compromiso, tantas ganas de vivir, que he visto en cada encuentro, en cada salón, sigo reflexionando acerca de los principales problemas, los obstáculos invisibles, los desafíos que los seres humanos tenemos.

Y pareciera ser, que en general, casi todos vivimos la mayor cantidad de nuestro tiempo de esta manera, en estos dos estados emocionales:

- Deprimidos/bajoneados

- Estresados/angustiados

Deprimidos por lo que pasó hace años, y estresados por lo que puede pasar. Atrapados en un pasado doloroso que no podemos cambiar y enganchados en un futuro apocalíptico que aún no ha llegado.

Hoy estoy deprimido por lo que pasó ayer o estoy estresado por lo que puede pasar mañana. Y lo único que logro de esta manera es perderme de vivir el hoy, el presente, que es lo uno que existe, lo único que tengo, la posibilidad de crear algo extraordinario en este día.

Y si mañana me levanto vivo a crearlo de nuevo… cuánto trabajo ¿no? Todos los días igual ¡Uf!

Pero sabemos mucho, muy buenas teorías para salir de ahí. Pero la evidencia nos dice lo mismo. Y vivimos corriendo, a veces en círculo, como en una máquina de correr, que corro, corro y corro y no llego a ningún lado.

Es una búsqueda de la felicidad atada al éxito (laboral, financiero, familiar, profesional, etcétera). Buscando esa vida perfecta, que me va a dar esa sensación de felicidad y plenitud que quiero sentir.

Pero ¡cuidado!, insistir en tener una vida perfecta es jugar a perder, esa búsqueda de la felicidad que nunca termina, esa duda existencial del porqué de nuestra existencia en este juego de la vida. Y como la realidad es que no llega nunca a la perfección, la mayoría del tiempo me siento incompleto, siempre falta algo y tampoco sé qué es ese algo.

Vivimos haciendo, llenando nuestro tiempo de obligaciones, tareas, de trabajo, para tener dinero, posesiones, títulos, pergaminos, medallas y nada de lo que hago y tengo, termina de completarme. Siempre quiero más, siempre necesito más.

Son sólo instantes de plenitud y sensación de éxito que se esfuman en minutos, días, que se escurren entre los dedos. Nada alcanza. Pareciera que la línea de llegada (meta) te la van recorriendo, diariamente unos metros más. Y entonces nunca llegas.

¿Será posible llegar a la meta de la felicidad completa y duradera? ¿Habrá una meta?

¡Gente! en el mundo de hoy, hay que ser el mejor, exitoso, estudiar mucho, ganar dinero, ser buen padre/madre/hijo, tener niños educados y estudiosos, ordenados, prolijos.

Ser reconocido en mi profesión, tener un buen trabajo, un lindo auto, una hermosa casa, viajar, estar fitness de cuerpo, buen deportista, inteligente, simpático, divertido, hay que ser campeón del mundo en todo.

Vivimos en ese desafío estresante permanente, de jugar a ganar o ganar, de acumular, de mostrar, comparándonos entre nosotros, compitiendo, presionados por la urgencia de tenerlo todo ¡Ya! Y entonces, ¿Necesito saber cómo llegar ahí?

¿Será que soy el campeón del pesimismo? Disculpen, pero creo y siento que esa búsqueda quizás no termina nunca, y encima un día, después de tanto correr, te morís…y el mundo sigue girando, tu gente sigue adelante.

El día de tu entierro, los que más te aman, se van a juntar a comer y beber en tu honor. Y vos te la vas a perder, je.

Por eso, propongo, en vez de una vida perfecta, una vida que Se Ponga Buena. Seguro te estás preguntando: ¿Qué Se Ponga Buena, nada más? ¿Eso no es conformarte con lo que la vida te dé? ¿Eso no es de mediocres?

¡Nooo! ¡Al contrario!

Una vida con retos, sueños, con levantadas y caídas, con fracasos y aprendizajes, con adrenalina e incomodidad, con riesgo y un poco de locura, quizás un poco desordenada, desprolija, siendo protagonista de tu vida, escribiendo tu propia historia, que nada quede en la lista de pendientes.

Que al final del juego de la vida no te hagas la pregunta que se hace la gran mayoría: ¿Y si hubiera?

En síntesis, que Se Ponga Buena, quizás no sea ordenada, prolija, previsible, medida, segura, cómoda, como la que llevá la gran mayoría allá afuera. Y no estoy diciendo que ese tipo de vida este mal, quizás te funcione, pero no a mí.

-Buenisímo, Fer, suena lindo, atractivo, pero, insisto: ¿Cómo?

La verdad, ya te dije: ¡No tengo idea cómo!

Porque hay infinitos cómos. Como tú prefieras.

Ya sé, seguís esperando que te diga cómo. ¡Ok!, a ver, vamos a ver alguna posibilidad.

Pensemos juntos. En el fondo creo que todos sabemos cómo, todos sabemos la teoría, el problema es que no lo llevamos a la práctica.

Ya está todo inventado, está todo escrito.

Siempre esperando que libro, un gurú, un cursito, algo o alguien que lo haga por mí.

Todos sabemos cómo tener nuestro cuerpo sano y… ¿Cómo está el tuyo?

Todos sabemos cómo ser millonarios o hacer buenos negocios y… ¿cómo están tus finanzas?

Todos sabemos cómo tener relaciones extraordinarias y… ¿cómo están tus relaciones?

Todos sabemos todo, pero cada vez estamos más jodidos.

Millones de videos, libros, textos, frases, planes, métodos, claves, tips y cada vez consumimos más ansiolíticos, aumenta el consumo en forma exponencial, año tras año y, sin meterme en el tema de drogas no legales, cada vez más antidepresivos, más insomnio, más estrés.

No me digas cuánto sabes, sino mejor mostráme cuánto y qué hiciste con todo lo que sabes. ¡Mostráme la evidencia! ¿De qué sirve saber, si no tomo acción y eso se traduce en hechos, en resultados reales?

Entonces, el primer paso puede ser explorar… ¿Qué es lo que te detiene a tomar acción? ¿Por qué postergás? ¿Por qué no te animás? ¿Qué te está atrapando y ni siquiera puedes verlo? ¿Qué es aquello que se te fue apagando…de a poquito?

Haz una autoevaluación brutalmente honesta. Pedí apoyo y a partir de ahí, empezá tu entrenamiento. ¡Va a ser incómodo, te lo advierto! ¿Estás listo?




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