Al menos 1.5 por ciento de la población mexicana —es decir, casi dos millones de personas— presenta Trastorno Límite de la Personalidad (TLP), también conocido como 'borderline', el cual genera conductas de riesgo para la salud como el abuso de sustancias, amenazas suicidas recurrentes y automutilación.
El jefe del área de Consulta Externa del Hospital Psiquiátrico 'Fray Bernardino Álvarez', José Ibarreche Beltrán, expuso lo anterior en un comunicado de prensa de la Secretaría de Salud, en el que dio a conocer además que entre 76 y 80 por ciento de las personas con esta condición son del género femenino.
Ibarreche Beltrán expuso que a pesar de que los síntomas de este problema puede confundirse con la del trastorno bipolar, la principal diferencia es que éste se caracteriza por alteraciones emocionales episódicas; por el contrario, quienes padecen el Trastorno Límite de la Personalidad, las variaciones se presentan desde que se forma la personalidad y de manera estable a lo largo del tiempo.
Detalló que las personas 'borderline' se caracterizan por ser compradores compulsivos, mantener relaciones inestables, alteraciones en la imagen y tener conductas temerarias, así como inestabilidad afectiva. Asimismo, presentan estados de ánimo muy cambiantes, sentimiento de vacío, sobrerreacción, falta de control de la ira y, en ocasiones, episodios de psicosis.
El especialista detalló que este problema inicia en la adolescencia o a principios de la edad adulta, cuando se define la personalidad del ser humano, por lo que es persistente e inflexible, y es parte del estilo de vida de los pacientes.
El especialista aclaró que este trastorno es multifactorial, ya que puede tener un origen genético, psicológico, social o biopsicosocial y la forma más eficiente de identificarlo es a nivel clínico, es decir, en una consulta con un psiquiatra.
El TLP forma parte de un conjunto de trastornos que se caracterizan por alteraciones o anormalidades a nivel emocional, de pensamiento y conducta en los individuos, los cuales requieren de atención especializada para evitar molestias, disfunción, falta de adaptación y otras consecuencias.
Precisó que para el tratamiento de este padecimiento también es fundamental la psicoterapia y la participación de la familia, además de psicoeducación, rehabilitación y, cuando es necesario, uso de medicamentos.
FM