A finales del 2021, se dio a conocer que el gobierno del estado de Hidalgo y la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) daban paso a la instalación de la Junta Directiva de Aceleradora de Negocios Biotecnológicos UNAM-Hidalgo, en la que también participaron científicos, académicos, representantes gubernamentales y empresariales para ser testigos de este proyecto que tiene como objetivo producir masivamente medicamentos y vacunas mexicanas.
Pero este desarrollo tiene una explicación más profunda para que exista una comprensión de la importancia que tendrá para México, para la ciencia e investigación y en la que Hidalgo será partícipe, y beneficiario del mismo, a lo que la Doctora, Brenda Valderrama Blanco, investigadora y secretaria de Vinculación en el Instituto de Biotecnología UNAM explica a detalle.
Contexto
La doctora Valderrama Blanco indicó que, para que un medicamento o vacuna pueda llegar al mercado, tiene que pasar una serie compleja muy larga que precisa pruebas con el fin de que demuestre dos situaciones: que el medicamento es seguro por no tener efectos secundarios y que no va a causar un daño a largo plazo para los seres humanos que lo ocupan.
“Pero todo este proceso está rigurosamente controlado desde las instancias sanitarias, en el caso de México con la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofrepis) y para cuando tomemos un medicamento bajo ciertas condiciones, que sea el medicamento que va a favorecer más a nuestra salud, pues se requiere de un proceso largo de tiempo, a veces hasta de 20 años y de mínimo, cinco años, porque tiene que ir desde la investigación, la prueba de concepto, su estudio en células en animales de laboratorio y, una vez que se haya demostrado que ese modelo está probado se puede decir que el medicamento es seguro y eficaz, y se puede utilizar en humanos.
“Para ello, se pueden hacer pruebas clínicas, y una es en población sana, cuando es de prevención como las vacunas, por otro lado, los que curan y se hacen pruebas con pacientes enfermos, los cuales son sometidos a estudios muy controlados en el cual se valida que el medicamento realmente cure, por lo que esto es muy delicado y que tiene que hacer bajo estándares de calidad muy altos”, explica.
Sin embargo, para llegar a la fase de experimentación con humanos, el medicamento que se va a aplicar a estos pacientes tiene que ser producido con la calidad como si se fuera a producirse en una planta grande, en una planta de producción, aunque sean pocas dosis, 200 o cinco mil y, desafortunadamente, no existe ninguna infraestructura que permita hacer esa fabricación en México, por lo que se tiene que contratar en el extranjero, por lo cual se aumentan los costos, los tiempos y las complejidades de importar y exportar el medicamento a prueba y eso, no siempre es fácil.
Aceleradora
Para evitar estos lapsos de tiempo y costos que requiere un medicamento o una vacuna es que se logrará crear la Aceleradora de Negocios Biotecnológicos y los clientes de esta planta, que estará instalada en la Ciudad del Conocimiento en Pachuca, son universidades que tengan productos a desarrollar y que quieran darle más valor a su producto asegurando que se puede llevar a pruebas clínicas y, por otro lado, está la industria que también tiene sus propios desarrollos y que no puede invertir en una planta propia y necesita acelerar su proceso porque hay competencia fuerte con otros, entonces esta aceleradora de negocios lo que busca es que la Iniciativa Privada (IP) como el sector académico acelere el camino y la llegada de sus productos al mercado.
“Este es un proyecto institucional entre de la UNAM y el gobierno de Hidalgo, en el que el gobierno estatal pondrá la infraestructura y la universidad pondrá la operación y, para eso, se designó al Instituto de Biotecnología que dirige la doctora Laura Palomares, quien también es miembro de la Junta Directiva, y Tonatiuh Ramírez, líder académico de la aceleradora y mi participación será la de vinculación, y llevaré la gestión del proyecto y la relación con el gobierno de Hidalgo.
“La formalización está al instalarse la Junta Directiva que está presidida por el gobernador de Hidalgo, y el rector de la UNAM, ya existe el edificio que puso a disposición el gobierno estatal y, en los últimos 12 meses, hemos desarrollado con el Instituto de Biotecnología de la planta y el laboratorio analítico porque tiene tres unidades: la planta de producción, el laboratorio analítico y una área de gestión de la calidad y estamos en este momento en fase de remodelación y estamos esperando que esté listo para finales de 2022.”, informó.
Inicio de operaciones
Con ello, se tiene previsto que, para inicios de 2023 se estén iniciando las pruebas “y ya hay una parte del laboratorio que está laborando y faltaría el área producción, pero ya hay personal que se está capacitando y estaríamos listos para principios del próximo año.
Para ello, Valderrama Blanco llamó a la academia, así como a la IP dedicada a estos procesos a que se enlisten para poder desarrollar su medicamento o vacuna, “queremos que se enteren que habrá esta posibilidad porque el número de clientes que podemos atender al año es limitado, 16 clientes para producción, que son campañas que requieren cierto tiempo de preparación y no podemos nosotros hacer más y la planta tendrá la capacidad de producción de cualquier producto biotecnológico en cualquier plataforma en bacterias, células eucariotas como levaduras y hongos, también células de insectos y animales, así que cualquier proceso tendremos la capacitación y capacidad de llevar a cabo”, concluyó.
Recuadro
La Junta Directiva tendrá la encomienda del correcto establecimiento de lineamientos, mecanismos, procedimientos, administración y supervisión de la Aceleradora de Negocios Biotecnológicos y de los recursos invertidos en ella.
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Cifras
20 años se puede tardar el proceso de analizar y asegurar que un medicamento puede ser utilizado por el ser humano.
200 pruebas se podrán realizar en esta aceleradora para hacer pruebas lo que disminuirá costos.
2023 se iniciarán las primeras pruebas.