¿Chocolate o estrés? Razones por las que puedes tener acné después de los 30 años

Existen diferentes factores que pueden causar y agravar el acné en personas de más de 30 años y aquí te contamos cuáles son.

Se calcula que el 12% de las mujeres mayores de 25 años aún sufre de acné facial | Shutterstock
Ciudad de México /

El acné es una enfermedad inflamatoria crónica que afecta  principalmente a adolescentes y adultos jóvenes. Sin embargo puede estár presente después de los 21 años. 

Se calcula que el 12 por ciento de las mujeres mayores de 25 años aún sufre de acné facialExisten diferentes factores que pueden ser los causantes del acné en mujeres después de los 30 años y aquí te contamos cuáles son.

Por qué se presenta el acné después de los 30 años

Generalmente, los cuatro principales son:

  • El sebo (exceso de producción de materia grasa)
  • Bacterias
  • Folículos pilosos obstruidos por materia grasa y células muertas de la piel 
  • Inflamación

Pero también, existen factores que empeoran el acné en adultos, las cuales tienen que ver con el ritmo de vida y los hábitos:

  • Cambios hormonales: durante la madurez, especialmente en las mujeres, también pueden provocar brotes.
  • Algunos medicamentos: especialmente los que contengan corticosteroides, testosterona o litio.
  • Estrés: no lo causa directamente pero sí lo puede empeorar.

La gravedad del acné se determina con base en su extensión, que depende del número de áreas comprometidas (cara, pecho y espalda) y el porcentaje de afección. La intensidad del acné se califica por la presencia de comedones, pústulas, nódulos, quistes y cicatrices. Por ello, es importante consultar a un especialista.

La gravedad del acné se determina con base en su extensión. (Shutterstock)

¿El estrés y la ansiedad pueden generar acné?

Muchas enfermedades dermatológicas pueden empeorar con la aparición de la ansiedad o el estrés, pero ello no indica que sean la causa de su origen. Algunos investigadores creen que las hormonas que se liberan con el estrés, como la CRH (hormona hipotalámica liberadora de corticotropina), que a su vez estimula la secreción de ACTH (hormona adrenocorticotrópica), podrían estar relacionadas con el aumento de la secreción sebácea estimulada por el estrés.

Otros opinan que los cambios emocionales influyen de forma directa en el microbioma de la piel y este sería el motivo por el que la tendencia acneica empeora en momentos de estrés. Asimismo, algunas hipótesis incluyen que la ansiedad y el estrés pueden modificar la secreción de la glándula sebácea a partir de discretas modificaciones hormonales en el perfil androgénico de los pacientes. Por ende, al aumentar el sebo, aumenta la infección de la glándula y el acné.

Sin embargo, todo lo mencionado son hipótesis posibles, pero todavía no existe consenso sobre las razones que vinculan el estrés y la ansiedad con la aparición de granos en la piel.

¿Los alimentos podrían afectar ante estos trastornos?

Muchas personas piensan que algunos alimentos pueden provocar lesiones de acné, sin embargo, esto no ha podido ser demostrado científicamente. Ni el chocolate, ni los frutos secos, ni los embutidos, así como tampoco el contenido calórico de la dieta, el yodo o el flúor se han demostrado importantes en la patogenia del acné. Al ser un padecimiento multifactorial está influido por aspectos como el clima, la raza, factores fisiológicos como el ciclo menstrual o el embarazo, el estrés, algunas sustancias de belleza especialmente grasosas que se apliquen en áreas afectadas, etc.

No se ha demostrado que comer chocolate cause acné. (Especial)

¿Cómo influye la depresión en la aparición del acné?

Los trastornos depresivos enmascarados tienden a somatizar (disfunciones digestivas, respiratorias, cardíacas, del aparato locomotor), es decir, convierten un trastorno psíquico en síntomas físicos.

Los problemas dermatológicos, como el mismo acné, la psoriasis, eczemas o la alopecia androgenética, producen un impacto psicológico que condiciona la calidad de vida de los afectados. Por tanto, en algunos casos se trata de un círculo vicioso: el estrés provoca acné y el acné facial provoca estrés. En todos estos casos se ha reconocido la importancia de realizar un tratamiento conjunto (psico/dermatológico) que contribuya a la mejoría de las alteraciones dermatológicas.

Las alteraciones psicológicas más frecuentes en los pacientes que atienden las consultas dermatológicas son dos: ansiedad y estado depresivo. Cuando los pacientes tienen ansiedad, normalmente tienen consciencia de su problema. Sin embargo, el estado depresivo suele presentarse de manera enmascarada (el paciente no es consciente de que está deprimido).

Recomendaciones para evitar el acné 

El impacto del acné facial en la calidad de vida puede ser profundo y similar al reportado por pacientes con otras enfermedades crónicas como asma, artritis o diabetes. El acné puede desencadenar patologías psicológicas como: depresión, ansiedad, fobia social, síndrome de estrés post-traumático, trastorno obsesivo compulsivo o inclusive la persona puede llegar a tener ideas suicidas. 

El impacto de las repercusiones psicológicas del acné depende de factores individuales del paciente, esto incluye el apoyo familiar, un ambiente social comprensivo y la personalidad. La aparición de las secuelas psicológicas del acné, dependen de la capacidad de afrontamiento del paciente.

Por ello, lo primero que se debe tomar en cuenta es que se debe consultar a un médico de atención primaria, cuando el acné no desaparece naturalmente y a un psicólogo para sobrellevar la situación emocional. El médico puede prescribirte medicamentos fuertes, y en caso de que persista o sea grave, es importante buscar tratamiento con un dermatólogo. No obstante hay que recordar que los resultados no son siempre inmediatos. Por lo que se recomienda tener paciencia para que todas las capas de la piel que estén afectadas puedan sanar.

Ahora bien, los efectos emocionales negativos provocados por el acné pueden ser reversibles, siempre y cuando se prescriba una terapia efectiva; de hecho, los pacientes que experimentaron reducción de los síntomas psicológicos son los que lograron alivio clínico más notable. Por tanto, puede considerarse indispensable proporcionar la intervención clínica efectiva para el mantenimiento del bienestar psicológico en esta enfermedad.

Además, esta enfermedad cutánea se ha vinculado con otros síntomas de salud mental, como la ira, deterioro de la autoestima y el aislamiento social, que pueden ser factores que también aumenten el riesgo de padecer depresión.

Agradecemos la colaboración de Javier Gazca Gutiérrez, psicólogo, quien colaboró como médico verificador para este artículo.


Con información de Doctoranytime

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