Desde hace cuatro años Aislinn Leilani Bermúdez Ruiz es enfermera, y nunca se imaginó vivir la experiencia de una pandemia tan delicada como la de covid-19, que mantiene en vilo al mundo desde diciembre de 2019.
Originaria de Ciudad Sahagún, se tituló como licenciada en Enfermería en la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo (UAEH), y desde hace dos años y medio trabaja para el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS).
Actualmente está asignada a la Unidad de Medicina Familiar (UMF) número 7, con sede en Atotonilco de Tula, el cual durante los últimos meses se ha convertido en un centro de vacunación, en el que Aislinn participa inoculando a personas, con gesto amable, paciente y a buen ritmo, lo que agiliza el proceso en este centro.
Como todo el personal de primera línea de salud, ha enfrentado el agotamiento físico y mental, así como un constante miedo a llevar el virus a su hogar. Considera que “la pandemia sin duda es, y sigue siendo, un reto, ya que desde el comienzo no sólo yo, sino todo el equipo del área de salud está demasiado agotado; claro que tenemos miedo a contagiarnos y principalmente cuando vamos a casa y tener ese miedo al contagio de nuestra familia o nuestros hijos”,
Particularmente ha enfrentado el miedo, la incertidumbre, pues creyó que se había contagiado. “En algún momento sí me espanté pues tuve sintomatología, algo leve, pero al final mi prueba PCR resultó negativa y gracias a Dios nadie de mi familia ha salido contagiada, ni mucho menos he tenido una pérdida”.
Por ello esperaba como todos, la creación de una vacuna contra la enfermedad, “algo que veíamos lejano”, y cuando sucedió como personal de primera línea fueron considerados como prioridad.
Acepta que al ser los primeros en la lista de vacunación “también nos llenaba de incertidumbre el que la vacuna nos causara alguna reacción grave, ya que es totalmente nueva, pero el momento al ser vacunada me sentí feliz por mí, por mi familia, por los compañeros que se adelantaron y no pudieron recibirla, me sentí protegida para seguir laborando día a día con los pacientes”.
Meses después como enfermera tuvo la oportunidad de comenzar a aplicar vacunas a la población. “Como profesional de enfermería y vacunadora de campañas de aplicación de vacuna covid-19 es realmente un compromiso muy grande con la población, ya que todos anhelan estar inmunizados contra este virus que nos ha arrebatado a familiares, compañeros de trabajo. Vacunarse es por el bien de la humanidad”.
Vacunación, la marcará de por vida
Y agrega: “la vacunación ha sido una experiencia que en lo personal recordaré para toda mi trayectoria en el ámbito profesional; me llena de satisfacción ser partícipe de ayudar a mi población, y es reconfortante que la gente te agradezca y te llene de bendiciones al momento de vacunarlos, y esa gratitud nos motiva a seguir participando en dichas campañas”.
Se alegra de la respuesta que tienen las convocatorias de vacunación; “aquí en Atotonilco de Tula yo considero hay muy buena respuesta por parte de la población, me da gusto ver qué todos acuden de manera responsable y con felicidad que por fin serán vacunados”.
Reconoce que entre la población hay muchas dudas sobre la vacunación, pero dijo que indispensable que las personas reciban sus dosis, pues con el esquema completo hay menor riesgo de contagio y de desarrollar un cuadro grave de la enfermedad.
Aclara que tener el esquema completo de vacunación covid no exime a las personas de contraer la enfermedad, pero si “nos previene de hospitalización en terapia intensiva y hasta de la muerte; debemos hacerlo por el bien de la humanidad”.
Aislinn, quien ha enfrentado la epidemia desde una institución de salud señala que “a las clínicas llegan los pacientes mintiendo, niegan que tienen sintomatología, y después de sus consultas o trámites nos dicen que están contagiados y así acuden enfermos, exponiéndonos”