Movimientos inusuales de nubes de gas cerca del centro de nuestra galaxia pueden estar delatando la presencia de un esquivo agujero negro de masa. Investigadores que rastrean los gases en el medio de la Vía Láctea han concluido que las nubes orbitan un objeto 10 mil veces la masa del Sol, y sin embargo, cuando miran dónde debería estar ese objeto, no hay nada allí.
La explicación más obvia es un agujero negro inactivo, uno que no se alimenta activamente y, por lo tanto, no emite radiación detectable. Es, según los investigadores, el quinto candidato de este tipo en el centro galáctico, que acumula evidencia de que no solo existen los agujeros negros de masa intermedia, sino que son abundantes en el corazón de la Vía Láctea. ¿Podrían representar un peligro para la Tierra?
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Debido a que los agujeros negros no emiten ninguna radiación detectable propia, los científicos tienen que ser creativos en su búsqueda. En lugar de buscar los agujeros negros, buscan los efectos que los agujeros negros tendrían en otros objetos en el espacio cercano.
La astrofísica Shunya Takekawa del Observatorio Astronómico Nacional de Japón y sus colegas han estado estudiando el movimiento de las nubes de gas de alta velocidad en el centro de la Vía Láctea para ayudar a responder estas preguntas. Su artículo ha sido aceptado por The Astrophysical Journal y está disponible en el servidor de preimpresión arXiv.
¿Podría un agujero negro absorber a la Tierra?
Si no se tratara de un agujero negro, entre otras observaciones candidatas se encuentra una estrella atrapada moviéndose a una velocidad increíble desde el centro de la Vía Láctea, en una trayectoria hacia el espacio intergaláctico.
Sin embargo, el análisis ha demostrado que un agujero negro de masa intermedia es lo más probable que le haya dado a esa estrella el despeje que necesitaba para alcanzar tal velocidad, esto significaría que estos teorizados agujeros negros, entre mil y 100 mil masas solares, se sitúan entre los supermasivos que ocupan el centro de las galaxias y los pequeños de masa estelar, demasiado alejados de nuestro planeta como para representar un peligro inmediato.
Eso podría ayudarnos a resolver preguntas como: ¿cómo se forman? ¿Y cómo se forman los agujeros negros supermasivos? Un censo podría ayudarnos a comprender cuán comunes o raros son los agujeros negros de masa intermedia y cómo se distribuyen entre las galaxias.
Hasta ahora, los resultados de la investigación indican que observar el gas en forma de remolino en el corazón de la Vía Láctea es un método confiable para buscar candidatos de agujero negro de masa intermedia; pero hay que confirmar uno de ellos con seguridad.
lnb