La llegada del invierno trae celebraciones, salidas familiares y horarios más relajados. Sin embargo, estos cambios pueden alterar los hábitos alimenticios de los niños, y justo cuando están más expuestos a virus y bacterias.
A partir del primer año, los pequeños comienzan a caminar, explorar, manipular juguetes y llevar objetos a la boca. Este comportamiento, natural en su desarrollo, incrementa su contacto con microorganismos, por lo que su sistema inmune requiere apoyo adicional.
Los especialistas recuerdan que “los niños no son adultos pequeños”. Su demanda de nutrientes por kilo de peso es mayor: necesitan hasta seis veces más vitamina D y tres veces más hierro y zinc, elementos fundamentales para su crecimiento y defensa natural.
Consejos para mantener hábitos saludables durante las vacaciones
De acuerdo con especialistas en nutrición infantil consultados por NIDO Kinder 1+, integrar a los niños a la dieta familiar no implica permitirles consumir todo tipo de alimentos.
Estas son algunas prácticas que ayudan a mantener el equilibrio durante las vacaciones:
- Prefiere el dulzor natural de las frutas. Sustituir dulces procesados por frutas frescas o deshidratadas sin azúcar añade fibra y vitaminas, además de energía saludable.
- Endulza con ingredientes naturales. Plátano maduro, puré de manzana o dátiles pueden reemplazar el consumo de azúcar refinada en postres caseros.
- Incluye cereales integrales. Avena, pan integral y amaranto brindan energía sostenida y contribuyen a una buena digestión.
- Lee las etiquetas. Evitar productos con azúcares añadidos o ingredientes poco nutritivos es crucial en esta etapa de crecimiento acelerado.
Nutrición especializada sin azúcar añadida
Cuando las rutinas se alteran, como suele pasar en vacaciones, mantener una alimentación completa todos los días puede resultar complicado. En ese contexto, un alimento lácteo diseñado para niños a partir de un año, como NIDO Kinder 1+, puede ayudar a complementar su nutrición.
Este producto no contiene azúcares añadidos; su dulzor proviene exclusivamente de la lactosa, el azúcar natural de la leche. Además, aporta 1 billón de probióticos, proteínas, grasas y micronutrientes esenciales para el desarrollo infantil. Según especialistas, incorporar opciones especializadas puede hacer una diferencia en el sistema inmune de los pequeños durante los meses más fríos.
GCM