Alumno de UAQ diseña concentrador de oxígeno más eficiente y asequible

El proyecto desarrollado por un estudiante de Ingeniería en Automatización busca ser una opción más accesible al bolsillo y menos invasiva para suministrar oxigenoterapias.

José Carlos Herrera, estudiante de Ingeniería en Automatización
Blanca Valadez
México /

Una alternativa más accesible al bolsillo y menos invasiva para suministrar oxigenoterapias de bajo flujo a pacientes con insuficiencias respiratorias forma parte del proyecto desarrollado de José Carlos Herrera Jiménez, estudiante de Ingeniería en Automatización, y financiado por el Fondo de Proyectos Especiales de Rectoría (Foper) 2021 de la Universidad Autónoma de Querétaro (UAQ).

“Los respiradores actuales cumplen su función de oxigenar la sangre del paciente, pero son muy caros e invasivos porque usualmente se emplea una herramienta metálica en la tráquea para intubar a la persona; una experiencia traumática si tomamos en cuenta que no se usa por horas sino días e incluso semanas”, señaló Carlos Herrera.

Indicó que los concentradores de oxígeno han sido fundamentales en el tratamiento de pacientes graves de covid-19; sin embargo, la demanda superó la oferta y se detonó una escasez en el suministro, lo que detectó como otro problema a considerar y –de esta manera– plantear un desarrollo tecnológico que permitiera producir oxígeno en el hogar.

“Aunque hay algunos en el mercado, son costosos y no cumplen en su totalidad con los requerimientos de la Organización Mundial de la Salud. Además, trabajan con compresores y estos requieren un reposo para su enfriamiento, lo cual cuando se tiene un paciente grave no es lo ideal y los filtros deben ser cambiados constantemente, que también implica un gasto significativo”, manifestó.

La propuesta del universitario consiste en mejorar el proceso que realizan estos concentradores convencionales, al mismo tiempo que emplea diferentes materiales absorbentes, como la zeolita y el carbón activado. Asimismo, se idea conectarlo con el paciente por medio del uso de una mascarilla y así evitarle incomodidad.

El sistema consta inicialmente de cuatro etapas. En la primera necesitamos una fuente de aire a presión, que podría ser vía un compresor (puede conseguirse fácilmente); en la siguiente, ocurre la filtración de este aire con la zeolita, pero como el aire comprimido tiene mucha humedad lo necesitamos prefiltrar con el carbón activado para no dañar al dispositivo; y, en la última, ya obtenemos el oxígeno de estas filtraciones, aunque hay que purgar el sistema –como cualquier otro– por eso se destinará una parte del oxígeno producido para limpiar el filtro”, detalló.

Herrera Jiménez subrayó que el prototipo aún se encuentra en etapa de pruebas y mejoras.

“Más que un producto comercializable, el fin es otorgarle a la Facultad de Ingeniería y a la Universidad los conocimientos y las herramientas para la creación de este tipo de dispositivos porque no sabemos qué pueda pasar en un futuro, pudiera algún compañero retomar y desarrollar aún más el dispositivo, pues sabemos que es un problema de salud pública”.

LCR

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