Un equipo de investigadores del Instituto de Ciencias de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (BUAP) realizan investigaciones para conocer los resultados de la aplicación de los metalofármacos, es decir, de nanomedicinas, en el tratamiento contra el cáncer.
Brenda Leonor Sánchez Gaytán y Enrique González Vergara, investigadores del Centro de Química del ICUAP, buscan mejorar tratamientos médicos y calidad de vida de los pacientes a partir del uso de los nanomateriales.
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En particular, la investigación que se desarrolla en la máxima casa de estudios del estado se centra en la aplicación de nanoplataformas para acarrear medicamentos; es decir, para producir nanomedicinas incorporando metalofármacos sintetizados.
Brenda Leonor Sánchez Gaytán, investigadora de la BUAP, explicó que, el estudio comenzó hace cinco años y la tecnología planteada es similar a la utilizada en la vacuna contra virus SARS-CoV-2 que provoca la enfermedad de la covid-19 y, también, se usa un nanomaterial basado en fosfolípidos para la incorporación del ARN.
“Impulsamos la generación de metalofármacos. La nanoplataforma le puede dar ventaja al metalofármaco, en algunos casos potenciar su efecto, mejorar su solubilidad o permitirle llegar a un sitio en específico”, detalló.
Actualmente, el equipo de investigadores de la BUAP ya efectúa experimentos para comprobar sus efectos en líneas celulares de cáncer y, en una segunda fase, se analizarán los datos correspondientes y, después, validar esta información en modelos animales.
La idea de usar nanomateriales es buscar los máximos resultados en las propiedades del metalofármaco, ya sea protegerlo contra su degradación, mejorar su solubilidad o bien optimizar su deposición en sitios específicos en el organismo.
Existen diferentes nanoplataformas, la más utilizada es la liposoma, cuya estructura es una membrana lipídica, es decir, una especie de mini célula de 100 nanómetros de tamaño, aproximadamente, hecha de una bicapa de fosfolípidos.
“En el interior de la liposoma se tiene un espacio con líquido donde es incorporado el medicamento. Una vez depositado e inoculado en el organismo, se espera que esta tecnología facilite su traslado y mejore el efecto de los metalofármacos”, añadió la especialista de la máxima casa de estudios del estado de Puebla.
Los metalofármacos son moléculas constituidas por metales y componentes orgánicos que capaces de enlazar a dichos metales, lo que genera compuestos con características particulares y con geometrías moleculares deseables.
“Una vez sintetizados, son evaluados para conocer sus capacidades farmacológicas y posibles aplicaciones terapéuticas”, finalizó Sánchez Gaytán, investigadora adscrita al Laboratorio de Bioinorgánica, del Centro de Química de la BUAP.
CHM