El arándano, rico en polifenoles, seguro lo has consumido en postres y ensaladas pero ¿sabías que previene enfermedades cardiovasculares y reduce la formación de tejido graso? Pues eso lo dice la ciencia.
Estudios presentados por la Sociedad Americana de Nutrición comprobaron que los polifenoles reducen la formación de tejido graso, de tal manera que los arándanos se convierten en un aliado fundamental en la lucha contra la obesidad y el sobrepeso.
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Denominado como ‘la fruta del siglo XXI’, el arándano también previene infecciones urinarias, mejora la circulación sanguínea y, por consecuencia, beneficia a las personas con diabetes o hipertensión.
Estudios efectuados por la Universidad de Illinois han demostrado que los antioxidantes presentes en el arándano posee propiedades anticancerígenas potenciales que ayudarían a aumentar las defensas.
Además, estos compuestos químicos disminuyen el proceso de oxidación en las células, es decir, previenen el envejecimiento celular. Y ayudan a reducir la irritación de garganta y boca, al disminuir la hinchazón.
Son tantos los beneficios del arándano que la industria farmacéutica los utiliza como componente de antibióticos para combatir la diabetes, diarreas y enfermedades de la vista.
Así que si antes de recurrir a un medicamento para obtener todos sus beneficios, haz de un hábito diario consumir de 20 a 60 gramos de arándanos secos, o muele de una a dos cucharaditas e incorpóralos a tu té matutino.
JCH