México podrá descansar de los huracanes, al menos hasta que comience una nueva temporada en los mares que le rodean.
Y es que, este 30 de noviembre, tanto en el Pacífico como en el Atlántico, se da por concluido el periodo de ciclones tropicales, por lo que las costas podrán descansar de estos destructivos fenómenos meteorológicos. Dada la expectativa sobre una ‘hiperactiva’ temporada, vale la pena hacer un recuento de los daños.
- Te recomendamos Calentamiento global eleva categoría de huracanes, advierte nuevo estudio Internacional
La trayectoria que siguió la temporada
Este año las posibilidades de una temporada intensa para la región que conecta con el Golfo de México habían crecido debido a las condiciones climáticas previstas, no obstante, a mediados de agosto la escasez de ciclones comenzó para el Atlántico.
La tormenta Ernesto se disipó junto con las previsiones en el periodo en el que usualmente se registra el pico más alto de actividad en la región.
“La impactante y letal temporada de huracanes de 2024 comenzó intensamente, luego se relajó ”, explicó Matthew Rosencrans, pronosticador principal de huracanes del Centro de Predicción Climática de la Oficina Nacional de Administración Oceánica y Atmosférica de Estados Unidos (NOAA, por sus siglas en inglés).
El experto agregó que “varios factores posibles contribuyeron a la pausa de la temporada alta en la región del Atlántico”.
Sin embargo, aunque la confianza fue decayendo, la actividad recuperó fuerza dando así un total de 18 tormentas con nombre, de las cuales once se convirtieron en huracán, siendo cinco de ellos de categoría 3 o superior, como reportó la NOAA.
Dadas las cifras, este 2024 la temporada tuvo una actividad superior a la media desde que se tiene registro (es decir 14 tormentas con nombre, siete huracanes y tres huracanes importantes).
Lo señalado concuerda, parcialmente con los primeros pronósticos emitidos por especialistas de la Universidad de Colorado, quienes habían previsto al menos 23 tormentas y 11 huracanes (de los cuales, según los modelos, cinco serían de categoría 3 o superior).
De entre todos los ciclones que se formaron en el Atlántico, cinco de ellos lograron tocar tierra. Algunas islas ubicadas en el Caribe y Estado Unidos fueron de las regiones más afectadas debido al poder que alcanzaron algunos ciclones.
Alberto fue el ciclón encargado de abrir la temporada en el océano Atlántico, pese a que no alcanzó a convertirse en huracán, su presencia en el Golfo de México bastó para desencadenar lluvias torrenciales en territorio mexicano e inundaciones en Estados Unidos.
Le siguió Beryl, que destacó no solo por ser el huracán categoría cinco más temprano del Atlántico, sino porque además dejó una estela de afectaciones en diversos países aún pese a que se debilitó.
Las Antillas Menores y las Antillas Mayores sufrieron grandes estragos. Granada y San Vicente y las Granadinas quedaron en ruinas.
México resultó casi ileso, sin embargo, Estados Unidos no tuvo la misma suerte: al tocar tierra cerca de Matagorda, sus marejadas ciclónicas causaron importantes inundaciones en Texas y Luisiana.
Meses después, el huracán Helene dejó su huella como tormenta de categoría 4 al golpear la costa del Golfo de Florida el 26 de septiembre. Este ciclón provocó lluvias muy fuertes, intensas rachas de viento y oleaje elevado en la península de Yucatán.
Además, causó marejadas ciclónicas en partes del oeste de Florida. Los datos preliminares indican que Helene fue el huracán más mortal que afectó al territorio continental de Estados Unidos desde Katrina en 2005, con más de 150 muertes directas, la mayoría en Carolina del Norte y Carolina del Sur.
El huracán Milton dejó su marca en la historia como uno de los ciclones más poderosos del Atlántico. Su paso no solo trajo lluvias torrenciales e inundaciones localizadas con acumulaciones de 10 a 15 pulgadas, sino que también provocó una serie de 46 tornados.
Lo más impresionante de Milton fue su rápida intensificación, con un aumento de 90 millas por hora en la velocidad del viento en solo 24 horas. El Centro Nacional de Huracanes (NHC) había pronosticado la llegada de un huracán importante casi dos días antes de su formación, y más de cuatro días antes de que tocara tierra.
Además de Florida, Milton impactó otras regiones. En la Península de Yucatán ciudades como Cancún y Mérida experimentaron fuertes lluvias y vientos, aunque los daños fueron menores. También se reportaron lluvias intensas y vientos fuertes en Tamaulipas, Veracruz, Campeche, Tabasco y Yucatán.
Un océano Pacífico en relativa calma
Contrario al precoz y agitado comportamiento en el Atlántico, en el Pacífico se experimentó el escenario opuesto.
Tanto en la cuenca del Pacífico oriental como en la cuenca central, la actividad ciclónica fue menor a la habitual, además, de acuerdo con expertos, la región experimentó el inicio más tardío de la temporada desde el registro satelital.
En el mar que conecta con las costas mexicanas, se formaron 12 tormentas con nombre, de las cuales cuatro se convirtieron en huracanes y tres alcanzaron el estatus de huracanes mayores.
Pese a que la depresión tropical Aletta se asomó en sus aguas a principios de julio, ningún huracán logró formarse sino hasta agosto. Dentro de la lista de ciclones que tocaron tierra destacó John, el único huracán ‘importante’ que alcanzó suelo mexicano.
De acuerdo con lo señalado por el meteorólogo de Multimedios, Nelson Valdez, el retraso y poca actividad estuvieron relacionados con el fenómeno de La Niña, ya que el inicio de su formación provocó temperaturas marinas en el Pacífico más frías de lo habitual.
LHM