La clave para cambiar los tipos de sangre estarían en el intestino, ya que la enzima de las bacterias en el tracto digestivo pueden eliminar los azúcares que los determinan en los glóbulos rojos y transformar las células sanguíneas, sugieren investigadores.
Un estudio reciente, presentado en una reunión de la American Chemical Society en Boston, encontró una forma confiable de transformar la sangre del donante en el tipo universal (tipo O) necesario para transfusiones seguras y de emergencia.
Las enzimas creadas por bacterias en el tracto digestivo humano pueden eliminar los azúcares que determinan el tipo de sangre de la superficie de los glóbulos rojos en el laboratorio. Esto es importante porque los azúcares, o antígenos, pueden causar reacciones inmunes devastadoras en el cuerpo de una persona.
Algunas enzimas descubiertas en el pasado pueden cambiar el tipo de sangre B al tipo O, pero el grupo de enzimas recientemente descubierto es el primero que permitiría cambiar de manera efectiva el tipo A al tipo O. “Ese siempre ha sido el mayor desafío”, dijo a periodistas el autor principal del estudio, Stephen Withers, bioquímico de la Universidad de Columbia Británica.
Como se sabe, la sangre tipo O tiene una gran cantidad de demanda, lo cual se debe a que carece de antígenos en sus membranas celulares, por lo que es “tipo universal” y las personas de cualquier tipo de sangre pueden recibir una transfusión de ella sin que su sistema inmunitario reaccione a los glóbulos rojos.
Por el contrario, los glóbulos rojos tipo A, B y AB tienen antígenos específicos en su superficie, lo que significa que las personas con sangre tipo A pueden donar solo a los receptores A o AB, y aquellas con sangre B pueden donar solo a aquellos con su mismo tipo sanguíneo.
Por ello, despojar a estos tipos de sangre de sus antígenos antes de una transfusión podría convertir a todos los tipos de sangre en donantes universales, pero los investigadores aún tienen que encontrar enzimas seguras y lo suficientemente eficientes como para hacer el trabajo.
Ahora, Withers y sus colegas compartieron los resultados de su estudio que muestran que las enzimas hechas con ADN extraído de microbios intestinales-humanos podrían eliminar los antígenos tipo A y B de los glóbulos rojos.
Encontraron estas enzimas con un método llamado metagenómica. En lugar de cultivar microbio tras microbio en un proceso minucioso, el equipo de investigación simplemente extrajo ADN de todos los microorganismos encontrados en el intestino humano.
Así que, de un solo golpe, tomaron los planos del ADN para todo lo que esos microorganismos pudieran hacer, incluyendo, las enzimas que ayudan a las bacterias a arrancar proteínas de azúcar llamadas mucinas de las paredes del tracto digestivo.
En términos moleculares, las mucinas se parecen mucho a los antígenos de las células sanguíneas, por lo que las el tipo de sangre B al tipo O pueden cumplir una doble función, según descubrieron Withers y su equipo en la reunión, reportó el portal científico LiveScience.
Además, estas enzimas fueron 30 veces más efectivas para eliminar los antígenos A que la enzima de mejor rendimiento previamente sugerida para este propósito, y después de que se completa la eliminación, cualquier sobrante se puede desaparecer fácilmente de los glóbulos rojos con “un simple paso de lavado”.
El próximo paso, sin embargo, será investigar las enzimas para seguridad, un proyecto que Withers y sus colegas ya han comenzado en colaboración con hematólogos de Canadian Blood Services, la organización sin fines de lucro que administra el suministro de sangre de donantes en Canadá.
FM